Parte 1

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El frio quemaba, podía romper los huesos a cualquiera, calaba en las más puras energías internas de aquella mujer, el ruido de las olas rompiéndose contra las gigantescas rocas que se imponían en esa poderosa noche.
   Dos mil novecientos noventa y cinco, la vida futurista no es del todo extraordinaria como siempre se pensó, claro que la tecnología ha aportado grandes cosas para los seres humanos, de eso no hay duda, pero eso sí, casi llegamos al año tres mil y hay una infinidad de carencias primarias en muchos lugares y ya no se diga de aquellos quienes gobiernan. Seguramente lo que  diré ahora, tú ya lo sabes, las personas dejaron de ser personas hace bastante tiempo atrás. Ahora pocas personas son valientes para intentar algo diferente a lo ya establecido, no quiero exagerar al decir esto, pero me atrevo a comparar que en estos momentos las vidas son completamente desechables. La tecnología nos ha dado mucho, pero, ¿de qué ha servido si estamos al borde de nuestra extinción?
   Rebeca es la hija mayor de una familia dueños de la empresa de tecnología RAMCUV que se ha mantenido a flote durante casi novecientos años, la familia de los Márquez está formada por tres hermanos, Rebeca, Alonso y María, su mamá Mónica y su papá  Hugo, además los abuelos Angelita y José, este último enfermo de cáncer, quien espera poder ver a su nieta encaminada a tomar posesión de la empresa antes de que fallezca. Rebeca será la siguiente en tomar el control de la empresa que tanto le ha dado a la familia, es una chica alta de un metro con sesenta y ocho centímetros, tés blanca y ojos cafés claros, una de las estudiantes modelos de la universidad más prestigiada de la ciudad.
   —Mamá, yo no quiero continuar con este legado, ¡no quiero!
   —No está a discusión este tema lo sabes bien, tu abuelo está a punto de morir y tú eres el ser más egoísta que conozco, vamos hija, esto es lo que hay, para esto te hemos preparado durante tantos años.
   —Eses es el problema madre, ustedes quieren que yo siga el sueño visionario de un antepasado del cual no conocemos nada, ¿al menos sabemos quién es ese abuelo que nos heredó todo?

—Es algo de lo que te enteraras en su momento, el abuelo José es el único de los Márquez vivientes que sabe esas historias y por algo te quiere a ti, dentro de esta compañía antes de su partida, tengo que irme, mi agenda esta demasiada ocupada, no tengo tiempo para discusiones absurdas con alguien que ya sabe que es lo que le depara el destino.
   —Mamá, no tomare el cargo, estoy enamorada, entiende eso, mis sueños son otros, quiero volar, quiero viajar, conocer todo aquello que no conozco, estoy harta de los hologramas, ni si quiera recuerdo la última vez que sentí la brisa del mar, o si quiera el poder respirar un aire cien por ciento natural.
   —Vamos niña, basta con eso, lo que tienes con ese muchacho no es amor, sabes bien que tu papá no va aprobar esa relación jamás, me iré y espero que no se te ocurra ni una sola tontería, cuida a tu hermanita, quizás nos veamos en la cena o quizás no, esta entrega es de vida o muerte, de concretarse lograremos posicionarnos en los tres primeros lugares a nivel mundial.
   Esa misma tarde mientras los padres estaban en la empresa, Rebeca analizaba los últimos detalles de su última semana como universitaria, mientras que su hermano se relajaba jugando videojuegos. Su familia jamás ha esperado nada de él, además que su mamá y papá han sucumbido a sus chantajes desde que era un adolecente de secundaria,  mientras que a la pequeña María le jugaba por el largo patio de aquella hermosa casa con vista al mar virtual y cientos de metros cuadrados para unos solos.
   La vida de todos cambiara en ese instante, pues el abuelo José estaba sufriendo un infarto, aquel hombre duro como un roble estaba cayendo, horas después toda la familia estaba reunida, los tíos, primos y demás familiares, todos sabían que el cáncer lo llevaría a sus últimos momentos, pero la vida les estaba dando una lección, nada está escrito, durante las siguientes horas, José comenzó a recuperarse lentamente, no sabía que había pasado y dentro de aquella tragedia solo quería una cosa, hablar con su nieta Rebeca, quien fue la única ausente en aquel lujoso hospital.

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