Capítulo 2

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Desperté por el ruido de la cocina, pase mis dedos por el cabello y me senté en el borde de la cama, mirando el zapato de Julián quien curiosamente andaba hablando por teléfono con una chica que parecía ser su compañera de clases, andaban conversando sobre un trabajo de la universidad, nada relevante no me genera ningún tipo de interés los problemas de universitarios, ya con fuerza me dirigí a la cocina de donde venía un agradable olor, procedi a darle un abrazo a Mikael por la espalda mientras veía como freía unos huevos.

– ¡¡Despertaste!! Pensamos que nunca lo harías son las 10:00 de la mañana, ¿no tienes diligencias que hacer? Debes ocupar más tu vida... aunque he de admitir que es lindo verte dormir, parecía que se te iba a meter una mosca por la boca, eres tan adorable, Elie. Oh! Ponle la salsa a los sándwiches –

Empujé la cabeza de Mikael para delante, nadie me da órdenes... pero bueno, él es una excepción, por lo que rodé los ojos y fui a por los sándwiches a los cuales le puse la salsa que Mikael señaló, esa salsa era una clásica mezcla de tomate, mayonesa y un toque agrio de mostaza. Para después ver como Mikael les coloco los huevitos acabados de freír. Ya listos los sándwiches, vi como el chico agarró los 3 platos con su habilidad de mesero y los llevo a la mesa de la sala donde los tres nos sentamos a comer.

– Disculpen la molestia de la llamada, una compañera no entregó la parte del trabajo que tenemos para mañana y se estaba justificando. Lo dejé pasar, pero espero la entregué antes de la noche o tendré que hacerlo yo porque si no nadie lo hará  –

Comentó Julián mientras le daba un mordisco al pan, su cara aparentaba un ligero estrés, cuando se percató de que lo veía sonrió y dijo lo siguiente

– ¡Pfff! No te preocupes, Elie. Nuestra aventura de hoy no está pospuesta, evidentemente ella debe hacerse responsable de sus tareas como todos los demás lo hicimos y si no ocurre eso, no me molesta trasnocharme, tengo muy clara mi responsabilidad contigo, la cual no pienso posponer y no es ninguna molestia para mi –

Esas palabras cálidas me convencieron, es bueno que sea consciente de la responsabilidad que tiene conmigo pero igual espero no se tenga que trasnochar y la compañera irresponsable cumpla con lo que le corresponde. Iba a agradecerle por sus bonitas palabras y por darme de su ocupado tiempo, pero como siempre Mikael volvió a robarme la palabra, esto ya no me esta gustando es un idiota, pero bueno como siempre digo, es uno que quiero mucho.

¿Ya planearon aventuras sin mi? Los odio, son más falsos que billetes del monopoly, es como dicen, mientras más amigos tienes más apuñaladas de espalda recibes... por primera vez entiendo la frase... y yo aquí matandome haciéndoles un desayuno y preparándome para ir a trabajar, pero lo entiendo, lo comprendo. –

Ya empezó con su drama, no pude evitar soltar una risa, pero me reí más cuando Julián empezó a preocuparse en serio, andaba diciéndole que lo queremos mucho y que no se ponga así, mi cara tenía una sonrisa imborrable, me gusta mucho este ambiente, nos levantamos y fuimos a llevar los platos a la cocina para después arreglarnos, ponernos presentables ya que uno nunca sabe cuando el príncipe azul llegue y salir a la entrada, donde Mikael, cerraba la puerta y el sonido de las llaves llenaban el lugar, ¿así se siente salir a tener un buen día? 

Tontos, ¿hoy vuelven a dormir a mi casa? Porque de ser así necesito que pasen por el supermercado comprando  unos tomates, ya se acabaron y bueno  –

Dijo Mikael, quien ahora estaba parado firme esperando nuestra respuesta. Julián apartó la mirada y se mordio el labio inferior para después sin más decir.

– Es vergonzoso pero mis papás no dejan que duerma en casa de otra persona más de dos días seguidos... aparte debo de estar pendiente con la tarea esa de mañana, disculpen. –

Los pasos enredados de Elisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora