Los pasos enredados de Elisa

Capítulo 3

Después de enviarle un mensaje a Mikael y a Julián diciendo " No podré ir al bosque :( " me dirigí a paso firme a la esquina de mi habitación donde se encontraba quien ya consideraba mi prisionero, aunque tranquilamente el pelinegro que tengo delante podría meterme un puño y del golpe quedar completamente noqueado, es mucho más grande de lo que pensé.

– Tu cara parece de asesino o drogadicto en plena formación, deberías dormir un poco más mira esas ojeras, además que es eso.... ¿un piercing en la nariz?...... ¿eres un toro? Lo único que te salva y hace relucir tu cara es la barbita que tienes, es muy parecida a la de Keanu Reeves y eso es adorable, además esos ojos color aceituna..... tienes tu encanto eres alguien digno de ser retratado –

Dije, moviendo su cara de un lado a otro con mi mano, analicé su perfil y las demás perspectivas, tanta poesía de cara desperdiciada en un enfermo.

– Mira, seré claro contigo, accedí a venir no tanto por la amenaza, si no por el hecho de saber que tan seria era la situación para que literalmente saltaras hacia mi y me metieras el puñetazo de mi vida. Peroooo, viendo que no es nada serio y solo estás siendo un fetichista procedere a irme. –

Vi como el chico intentó caminar e irse pero lo detuve poniendo una mano en su pecho y empujándolo para que retrocediera, pude ver como su cara pacífica se tornó más impaciente.

– Bueno, entonces hablaremos de esto rápido. Sé que estuviste en el supermercado de Joss, te robaste una bolsa negra y unas cintas, las cuales probablemente sepas que fueron encontradas en la escena del crimen del caso que está circulando por el pueblo, ¿puedes negarte a mi afirmación? No, no puedes porque te captaron las cámaras de seguridad. –

La mirada indiferente del chico a lo que le decía tuvo un leve cambio, pude notar una chispa de preocupación así fuera por un mínimo segundo, este muchacho sabía algo e iba a descubrirlo.

– ... ¿Qué vas a ganar tú si te digo algo? ¿Con qué fin quieres conseguir información?, viéndote a ti y a tu habitación no parece... que estudies leyes o ciencias sociales, más bien ¿quién eres? –

Esas preguntas me dejaron un poco aturdido, eche mi hermoso cabello rubio hacia atrás y le lancé una mirada sería.

– Soy Elisabeth, un artista con mucho tiempo libre que busca un poco de diversión haciendo el trabajo que los jodidos policías no hacen, además.... este caso tiene un valor sentimental, en fin, dependiendo de lo que me digas evidentemente decidiré con mi ética y justicia propia tu destino, sé que eso puede estar mal por lo subjetivo, pero hubiera sido objetivo haber llamado a la policía desde que te vi, así que aprecia que mínimo estas aquí y no en el centro de detención –

Pude escuchar el suspiro pesado de aquel chico, ahora la expresión que tornó se veía algo apenada, parecía que alguien necesitaba desahogarse, ¿será que tengo mejores habilidades sociales de lo que creí?

– Principalmente, has de saber que me llamo Avary y que graciosamente, no, no estuve en ese supermercado, así que se puede decir que sí, contradigo tu argumento, Elisa~ –

  Avary soltó una risa muy contagiosa, y procedió a sentarse en mi cama para después dejarse caer, ¿estaba intentado hacer que baje la guardia?, pues de ser así no, ese chico no lo va a conseguir.

  Mi teléfono empezó a sonar y aproveché su distracción para abrir una de mis gavetas, sacar unas esposas y lanzarme hacia el, aprisionando sus manos al espaldar de mi cama, ¿dónde aprendí estos trucos? Solo diré que soy un ser que se prepara para el mejor sexo de su vida, las esposas se las robe a mi madre, ella no pudo lograr que mi padre le diera el mejor coito de su vida, una lástima, salí de mis pensamientos cuando sentí una patada en el estómago, la cual me sacó el aire, rode hasta el piso y empecé a agarrar bocanadas de aire, para pararme tambaleantemente, era lógico que pasaría algo así, procedí a rápidamente ir al garaje y buscar unas cuerdas, cuando subí a mi habitación la cama estaba a la mitad de donde suele estar y el piso estaba rayado por el movimiento de la cama