"I am a boy" | Bakudeku

"Pesadilla"

Capitulo II.

3:40 a.m.

Dormitorios.

La oscuridad nocturna seguía presente mientras dos pares de pies a avanzaban rápida pero silenciosamente entre los pasillos, subían las escaleras y cruzaban en dirección a las habitaciones.

Las manos nerviosas de Katsuki no soltaban los hombros del peliverde por miedo a que este cayera ya sin fuerza de voluntad como para mantenerse de pie.

Bakugou Katsuki, quien no dejaba entrar a nadie en su habitación, abrió la puerta un menos de un segundo, casi el mismo tiempo que les tomo entrar a la habitación y poner seguro como medida de precaución (Aunque ya de por sí nadie se atrevería a entrar)

Una vez dentro lo único que podía escucharse eran las respiraciones alteradas de ambos por lo que acababa de ocurrir hace unas horas.

¿Qué harían? En estos casos lo mejor era desear que todo fuera una pesadilla y creer que en algún momento despertarias sintiendo que tuviste un loco sueño surealista; Pero no, era real, tan real como el joven de cabello verde frente a el que ahora no dejaba de temblar.

Realmente no tenían idea de que decir, al menos el rubio no, busco con su mirada la del peliverde encontrando finalmente unos ojos llenos de angustia y sentimientos confusos.

— ¿Kacchan...?

Reaccionó al escuchar su voz llevando su mano al interrumptor y encendiendo abruptamente la luz, acción que causó que ambos debieran entrecerrar los ojos por unos segundos debido al repentino cambio de brillo en el lugar.

— ¿Qué demonios pasó? —Katsuki empezó a caminar alrededor del pecoso quien se cubría con sus brazos aunque no tuviera nada que ocultar.— Luces como...

—¿Cuando estábamos en secundaria? Ya lo sé.

— Te regresó en el tiempo.

Izuku lo vio unos segundos como si esa fuera la cosa más obvia del mundo, justo ahora Katsuki no estaba pensando bien sus palabras.

— Solo físicamente, mi mente sigue en el presente.

El peli cenizo detuvo su andar mirándolo nuevamente a los ojos, parecía estar analizandolos, buscando algo en ellos que no debería estar ahí. Pareció rendirse al final y solo comento:

—Tenias la voz horrible.

—¡¿Disculpa?!

—La sigues teniendo horrible pero antes era... Peor.—Hizo una mueca de disgusto.—Hace mucho no te veía así.

—Ojala nunca hubieras vuelto a verme así.

Silencio de nuevo. ¿Acaso esto era lo único que podían hacer? Siempre afrontaban esta clase de cosas con tranquilidad ¿Porque está vez era diferente?

Oh claro, por el tema personal que ninguno quería tocar.

Bakugou Katsuki conocía toda la historia, la había presenciado desde el asiento principal como un expectador exclusivo del pasado de Izuku.

Nunca le prometió nada, pero jamás lo menciono, era como un pacto silencioso que no debía romper.

Fue ahora turno de Izuku para caminar, se dió vuelta en dirección al gran espejo frente al escritorio en la habitación. Logro ver lo que parecía ser una silueta difusa de su cuerpo que, mientras más se acercaba, más nitida se volvía.

Y finalmente lo vio, ahí estaba el pero de unos tres años atrás, su cuerpo se había encogido unos centímetros, se había vuelto mucho más delgado, su cabello se había alargado y ciertas cosas habían vuelto a aparecer.