5| Gris ceniza.
Ryan.
Una semana.
Ha pasado una semana y no he vuelto a ver a esa chica de ojos hipnotizantes y boni... No, sus ojos no son bonitos, son maravillosamente hermosos.
Son grisáceos, el gris ceniza más hermoso que jamás haya visto.
Quiero verla.
Quiero escuchar su voz-aunque no hable tanto-.
Quiero ayudarla.
No sé de dónde vino esta inquieta necesidad de querer ayudarla; de poder quitarle esa tristeza en su mirada y reemplazarla por un bonito brillo que sé que tenía.
Toda ella se ve tan apagada que me recuerda...a mí hace unos años atrás.
Sé lo que se siente sentirse tan apagado a tal punto de ya no tener ganas ni para levantarte de la cama, y quiero ayudarla, así como también lo hicieron conmigo.
Algo terrible sucedió en su vida para que se encuentre en ese estado.
A mi cabeza viene el recuerdo de cuando sufrió el ataque de pánico en el elevador, debo admitir que cuando nos adentramos a él no me fijé en su presencia, ya que, estaba preocupado e impaciente por llegar al quinto piso.
Se veía tan asustada, y verla tratando desesperadamente por respirar hizo que me acercara rápidamente para ayudarla, pero no hice mucho y se desmayó.
Me paso las manos por mi cabello y dejo de tocar mi melodía favorita en el piano electrónico que yace en mi habitación.
Suspiro.
¿Por qué no ha vuelto a ir al consultorio de mamá? Voy, al menos, dos días a la semana y me enteré que no ha ido desde la última vez que la ví.
¿Qué le habrá pasado?
¿Se enfermó? ¿No quiere que mamá sea su psicóloga y por eso dejó de ir?
Frustrado, decido bajar a la cocina por un vaso de agua, no sin antes pasar por la habitación que está a mi lado y asegurarme de que todo esté bien.
Asomo la cabeza por la puerta y la veo tumbada boca abajo en su cama, dibujando. Tiene un desastre de colores a su lado.
Está concentrada y tiene el entrecejo levemente fruncido. Luce adorable.
Sonrío sin poder evitarlo.
—Hola, pequeña—la saludo, entrando a su habitación e interrumpiendo a su artista interior.
Me siento a su lado en la cama.
—Ryan...—sonrío, porque sé lo que me dirá—. Desde que llegaste de la universidad has venido...—cuenta con sus delgados dedos—...cuatro veces para verificar si estoy bien—reprocha.
—Asegurarme de que mi hermosa hermanita esté bien no es un pecado.
Lizzie y mamá son las mujeres más importantes de mi vida, si ellas sufren yo sufro; si ellas son felices yo soy feliz.
Sonríe y se abalanza hacia mí, rodeándome el cuello con sus bracitos.
—Tienes razón, gracias por preocuparte por mí—besa mi mejilla repetidas veces—. Tú no eres malo como mis compañeros de clase.
Me tenso.
—Lizzie, ¿te han vuelto a molestar?—la observo, preocupado.
Niega con timidez.
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Volveré a verte [Borrador]
Teen FictionTras la inesperada y dolorosa muerte de su muy adorada hermana, el mundo de Ellie Gauthier se convierte en un calvario por tormentosas voces en su cabeza, junto a una pesada carga que no parece tener intenciones de aligerarse: La culpa. Entre drogas...