CAPÍTULO 1.

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Para mis confidentes, que desde el día que me apoyaron en esto.
Y también para esas historias qué me impulsaron a hacer mi propia historia.

CAPÍTULO 1.

A MIS CINCO AÑOS


Mamá y papá estaban dándome ánimos para que los nervios no me ganaran.

Tenía muchos nervios, si.

Estaban agachados, poniendo una rodilla en el suelo. Estamos detrás del escenario, una competencia de bailes de niñas entre 5 a 7 años de edad, y yo era de esas, mis baile era prácticamente algo suave, algo que tenía planeado para mi abuelito,mejor dicho papa Pedrito, padre de mi mama.

— Papa Pedrito está fuera, ¿verdad, mami? — le pregunto a mamá, llegando a tener tanto nervios.

— Claro que sí, mi amor, está con tu mama Maria. — dice mamá, agarrandome las manos, temblando—, Tienes que dar lo mejor de ti, vas a estar estupenda.

— ¿En verdad crees eso mami?

— No solo tu mama, también se que seras la mejor — me sonríe papá, tomando mi manita.

— ¡2 minutos, mi niñas! — dice la maestra de baile, Carmen — ¡Ya vamos a empezar!

Empiezo a entrar en pánico, mientras mi mama me trata controlar.

Papá me toma mi pequeña mano, dándome una caricia.

—Mi niña todo saldrá bien —me sonríe —. Acuérdate de lo que dijimos; Solo haz las cosas que te gustan y...

—Disfrutarás —término por él, sonrió nerviosa.

— Esa es mi niña— dice mami, levantándose—. Ahora ve a hacer lo mejor.

—¡A sus puestos mis niñas! ¡Empezamos en 30 segundos!—dice la maestra, empiezan a moverse las demás niñas.

Suelto la mano de mi papá, caminando a mi lugar, estoy casi en el centro.

Cierro los ojos del nervio pero cuando los abro ya no está el telón, veo a la gente sentada en el teatro, está lleno.

Como si mis ojos se movieran por conciencia propia, veo a mis papás, y ahí está mis papas Pedro y Maria.

Mi mamá María me sonríe dulcemente, y mi papi Pedro está con una cámara grabando todo, me alza su pulgar, sonriendo me.

Como si los nervios se esfumaron en tan solo verlos, sonrió.

En esos segundos empieza a sonar la música y es ahí viendo a mis papás qué si ellos estaban no me faltaría nada...

Me despierto de mi sueño, siento la luz del sol entrando por mi ventana. Pongo mi mano intentando qué no me pegue en mis ojos.

Se me olvido poner las cortinas.

Suspiro pesadamente, me incorporó en la cama. Necesito dormir más.

Un Nuevo Idioma Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora