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—Tengo algo de miedo estando solo, sé que eres amigo de Seonghwa, por favor… déjame quedarme contigo —con su tono de voz baja, él no era ni la sombra del caballero que imaginó era imán de chicas antes.

Solo por pavonearse Wooyoung aceptó dejarlo sentarse en el suelo al pie de la cama y cerrar la puerta que unos minutos después se echó seguro automáticamente. ¡Genial! Ellos trataban de crearle un ataque de claustrofobia también.

—Mi nombre es… soy Choi San, delantero del equipo local, veintidós años, vivo solo y practico mucho porque quiero llegar a las ligas mayores… —empezó a decir él sin mucho sentido, el más bajo enarco la ceja pensando una vez más si era posible saltarse las dosis pero sin querer arriesgarse a ser echado se tragó la pastilla junto a una gran cantidad de agua para extenderse sobre las sábanas con manos y piernas abiertas casi completamente.

Cansancio y pronta sudoración fueron los primeros síntomas, una ola de calor que atravesó su cuerpo desde los pies hasta la cabeza lo golpeó tan duro como para marearlo, perdiendo la consciencia de inmediato por unos minutos. En aquellos pocos Choi quién ya lo veía desde hace un rato, se quitó la camiseta y desabrocho los pantalones para masturbarse sin pensar en nada, solo saciar ese infierno acumulado entre sus entrañas, disociando entre cuanto veía pero siendo todavía consciente que el de al lado era un chico muy recto en su querer como él por lo que solo se acarició agarrándose a la sábana, doblándose, colocando la frente sobre ese brazo para que sus jadeos no hicieran escándalo o despertarán al contrario y les dejará en una situación incómoda, sin ver nada más que el crema de las telas delgadas.

Wooyoung ya no dormía, solo yacía estático por el poco tiempo que las pastillas empezaron a hacerle efecto, no lo aturdían por completo mas sus pantalones se mancharon con el grave gruñido que soltó San al eyacular a su lado, ambas respiraciones eran agitadas pero el menor ocultó la suya girándose sobre la cama a un lado de pared blanca vacía, mordiendo las telas mientras intentaba frotar sus muslos entre sí y de algún modo saciarse, fue imposible.

El día siguiente se abrió las puertas muy temprano, San salió con sigilo para ducharse y limpiar el semen impregnado en parte de su ropa, recordando con un fuerte dolor que anoche se masturbo muchas veces mientras Wooyoung quien aparentemente no sufrió efectos dormía sobre la cama, fue cómodo, esperaba lo dejará venir otra vez en los días que restaban al experimento. Por su parte él escuchó los pasos y la puerta ser cerrada para rodar hasta el suelo, golpeando voluntariamente por recordar cada minuto de los obscenos sonidos hechos por su contrario, tan caliente que creía haberse averiado su manera de pensar porque constantemente llegaban algunas escenas del porno gay que vio por error. Vaya trauma, se creía intoxicado por el medicamento.

Además, de darse el caso, no tenía porqué ser el de abajo. Solo pensarlo era inconcebible, entonces tomó sus ojeras y se fue a duchar también, cambiando las sábanas por unas nuevas, enterándose después en la sala a horas del desayuno que debían preparar una muestra de orina, entregándola se sabría que realmente el pago se haría efectivo.

Wooyoung no miró al pelinegro más en todo el día, pues la segunda prueba fue tomada con una pastilla que reemplazaba el calor por verdadero sueño, entonces se les tenía dormidos hasta tres horas antes de la tercera prueba del día. En ese lapsus vio a Choi no acercarse más que para ofrecerle algún gajo de la fruta que repartieron en el refrigerio pero él guardó, era muy atento, también se hizo cercano a uno de los jugadores de voleibol, alguien que apellidaba igual a San. Choi Jongho.

—¿Qué sentido puede tener hacer una prueba para esto? —dijo Jongho, otro guardador de manzanas que partió la suya para comérsela solo a diferencia del otro Choi.

—Quieren ver si se nos puede acabar las reservas —Sehun, voleibolista afirmó tan seguro como lo estaba de que llegar allí fue una buena decisión, después de todo solo quería la satisfacción de haber superado el reto. Los billetes no le importaban.

La discusión sobre agotamiento de esperma se tornó más extraña a medida que todos interactuaban, exceptuando a San y los otros dos deportistas. De todos modos Wooyoung estaba por retirarse a su habitación para continuar durmiendo, quería recuperar más del sueño que perdió anoche, se despidió de los demás tomando la botella con agua y pastilla individual, según las indicaciones no debían beber más de una o en partes por el bien de su salud, pero eso claramente cambiaría según le conviniera a los patrocinadores. 

Hizo camino al andar, perdiéndose por el pasillo que llevaba al patio, claro que no era completamente uno pues se trataba de un espacio semi abierto, por dos hoyos en el techo de forma circular donde se adivinaba la hora del día. Algunas horas allí, pero parecía eterno, quien supiera si podría sobrevivir hasta la próxima semana siendo todavía miércoles.

Se repitió lo que ayer, nuevamente sobre la cama bebía y bebía agua, ahora tenía más sed además de un intenso cosquilleo en el vientre.

Masturbarse no bastaba por lo cual agarró la almohada y colocó esta debajo suyo, arrimado sobre ella se frotaba con cierta vergüenza poco a poco más disminuida según los efectos del medicamentos se hacían fuertes, entre sus recuerdos rondaban muchas cosas confusas, la chica que le gustaba y los gemidos excitantes del chico que ayer le acompañaba, un sonrojado pronunciado lo tiñó de punta a punta con los toquecitos suaves en la puerta quince minutos antes de ser cerradas por completo.

Wooyoung refunfuñando ya no era como ayer, solo fue hasta allí movido por la vergüenza que sería estimularse mientras era esperado. Como lo preveía Choi estaba allí parado, sudando, respiraba más rápido y se veía grande, muchísimo más que antes, o quizá eran las pastillas pero valiéndose del compañerismo tocó alrededor de sus bíceps para tirarlo dentro del habitación nuevamente al piso.  La razón asentaba en que escuchó algunos pasos fuera y temía pensaran mal de ellos dos.

—Jung Wooyoung, un gusto San —se presentó a sí cuando le ofreció la mano para ayudarlo a levantarse del suelo, Choi acariciaba sus rodillas para quitar el dolor que no era muy sentido al rasparse, doblado era más pequeño entonces Wooyoung se sentía a salvo o hasta que al verlo levantarse algo muy marcado en su pantalón le hizo pestañear varias veces.

Tomen agüita.

𝗘𝘅𝗽𝗲𝗿𝗶𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗰𝗮𝗹𝗼𝗿 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora