Dentro del templo Isaura miraba de soslayo la colosal estatua de Zeus.
—¿Qué haces aquí? —preguntó su madre colocando los brazos en jarras exigiendo una clara respuesta.
—Vine porque comenzó a llover y no creí que tardaran demasiado.
La señora Tavalas suspiró, sabía el peligro potencial que había en casa y había sido un error demorarse demasiado, de pronto un chillido de sorpresa las alcanzó, la lluvia por fin había llegado en Olympia.
—Tendremos que quedarnos hasta que pase y con la esperanza de que cuando lleguemos aún tengamos casa —Isaura vio la mirada triste de su madre y justo en ese instante deseó tener riquezas y ayudar a los suyos.
Adara a lo lejos le silbó llamando su atención e Isaura se acercó a ella.
—Vi que llegaste con Heracles.
—¿Con quién? —preguntó Isaura un tanto contrariada.
—¿No lo sabes? Muchos dicen que Zeus por fin nos ha escuchado y que por eso mandó a su hijo, aquí en la ciudad —Adara no podía ocultar su emoción, de cierta forma el chico le llamaba la atención.
—Entonces es hijo de Zeus —repitió Isaura anhelando una sola cosa, casarse.
Sólo había un inconveniente, ¿Cómo reaccionaría él al verla a ella como es? Con esos ojos tan extraños y que incitan a pensar que ella es un monstruo. Se lo pensó dos veces antes de ir y hablarle, pero él ya la miraba desde lejos, así que optó por darse media vuelta y no enfrentarse al destino.
—Estoy nerviosa —confeso a Dorinda quien se reía y los miraba cada tanto.
—Pero si no te ha quitado la mirada de encima, aunque...
—¿Aunque qué?
—El es mucho mayor que tú.
Isaura no se había planteado aquel inconveniente.
—Lo sé, pero estaremos bien si me caso con él.
Dorinda rompió en risas.
—¿En serio? —y siguió riéndose.
—¿Qué te causa gracia? —Preguntó Isaura mirándola con severidad.
—Es que, aun eres muy inocente Isaura, para empezar él no está buscando esposa, él está en una misión.
Isaura no sabía si creerle a Dorinda, así que decidió ir por Adara, aquellas ropas que llevaba se le pegaban al cuerpo y por consiguiente no dejaba nada a la imaginación.
—Maldición —farfulló mientras intentaba cubrirse con la ropa que le cubría la cabeza.
—Toma —era el famoso Heracles quien le tendía una sábana fina—. Tal vez esto haga que esos jóvenes dejen de fantasear contigo.
Isaura se sonrojó y miró a los jóvenes quienes le guiñaban un ojo. ¿Dónde estaba su padre en aquel momento?
—En fin, veo que eres un tanto tímida.
—No soy tímida, sólo soy... rara.
—Uhmm, entonces yo también soy raro... ¿Sabías que tengo mucha fuerza?
Isaura se carcajeó.
—Dímelo señor que me sube a su corcel con su súper fuerza.
El chico comenzó a reír y se sentó en las bancas que había alrededor de la colosal estatua de su padre.
—Nunca pensé verlo con mis propios ojos.
—No debe ser bonito.
El chico comenzó a reír.
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Guardiana del Inframundo [Reinos de Oscuridad #2]
خيال (فانتازيا)"Hay secretos que son mejores mantenerlos, a no ser que quieras ser devorado." ' - - - - - - - - - || Primer lugar en el Desafío: Criaturas Mitológicas.