𝟎𝟏; De vuelta a Hogwarts

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Cerré los ojos y corrí hacía la columna de ladrillos con mi carrito en el que llevaba todas mis cosas.

Al abrir de nuevo los ojos estaba en el andén 9 y ¾, no pude evitar sonreír. Me gustaba mi casa y mi familia, pero Hogwarts era otra cosa. Cada verano contaba los días para volver. Tessa en mi hombro soltó un gruñido feliz.

Tessa era por así decirlo mi mascota. Era una Bowtruckle joven que había perdido su árbol al ser talado para conseguir madera de varitas. Mi padre y yo la rescatamos cuando entro en depresión por no haber podido proteger a su árbol, desde entonces, no se separa de mí. Puede que se piense que yo también soy un árbol, no lo sé.

—¡Atenea! —me giré al escuchar mi nombre, Lily Evans se acercaba a mí con su carrito igual de lleno que el mío—. Me alegro de verte, ¿qué tal todo?

—Muy bien, ya tenías ganas de volver a Hogwarts. ¿Tú qué tal?

—Genial. ¿Esa es Tessa?

Lily miró fascinada a la Bowtruckle, mientras que Tessa trató de ocultarse detrás de mí pelo. Era muy tímida. Mi abuelo Newt siempre decía que le recordaba mucho a Pickett, el que era su Bowtruckle.

—Es un poco tímida, pero cuando coja confianza podrás incluso cogerla —le dije, ofreciéndole mi mano a Tessa que se subió a ella y mostrándosela a Lily.

—Hola, Tessa. Eres muy guapa.

Me reí, Lily era tan amable en la vida real como por carta.

Durante todo lo que llevaba en Hogwarts casi no había hablado con Lily, sólo por educación o temas escolares. Pero la pelirroja había contactado conmigo por carta al enterarse de que sería prefecta como ella, me dio consejos pues ella tenía un año más y ya llevaba un año siendo prefecta.

Juntas subimos al tren y nos separamos para ir cada una con nuestras amigas. Llevaba recorrido la mitad del tren cuando vi Regulus Black y a través del cristal de la puerta de uno de los compartimentos. Abrí la puerta y este me saludó apartando la vista del libro que leía. Se levantó y después de darme un abrazo me ayudó a guardar mis cosas.

Nos quedamos sentados hablando y a dos minutos de que el tren saliera Pandora Lovegood apareció por la puerta.

—¡Hola, chicos! —nos saludó entusiasmada, abrazándonos con fuerza a los dos—. Os he echado mucho de menos.

—Pero si nos vimos hace dos semanas en el callejón Diagon para comprar las cosas —dije, siendo estrujada entre los brazos de mi mejor amiga.

—Demasiado tiempo sin ver a mi alma gemela.

Entre los tres guardamos las cosas de Pandora y el expreso a Hogwarts inició su viaje a Hogwarts.

Pandora me estuvo contando todo lo que le había pasado desde que nos vimos en el callejón Diagon, demasiadas cosas emocionantes para dos semanas. Regulus retomó su lectura y Tessa no tardó en acomodarse en su pelo, a veces le quería más a él que a mí.

Regulus también había sido nombrado prefecto de sus casas, a ambos se nos daban muy bien las pociones y éramos los mejores de nuestra en casa en lo que a estudios se refiere.

—Estoy muy orgullosa de vosotros, chicos —nos dijo Pandora, desde que se enteró de que éramos perfectos nos lo decía en cada ocasión o carta—. Sois las personas más listas que conozco después de mi padre.

Regulus y yo reímos por el halago.

—¿Sabéis quiénes son el resto de prefectos?

Nos encogimos de hombros. A Regulus no le interesaba quienes eran los otros prefectos y yo no había parado a pensar en eso.

𝐀𝐓𝐄𝐍𝐄𝐀 𝐒𝐂𝐀𝐌𝐀𝐍𝐃𝐄𝐑; 𝘙𝘦𝘮𝘶𝘴 𝘓𝘶𝘱𝘪𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora