Liam

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Es una noche de luna llena la que Zayn decide decirle a Liam.

La luz de la luna entra de lleno por la ventana del balcón y las brisas de febrero hacen que estén cubiertos por algunas sabanas.

Zayn tiene su cabeza en el pecho de Liam y éste acaricia sus cabellos azabaches. Ellos sólo han terminado de ver una película y están tranquilamente cómodos en el silencio.

Hasta que Zayn decide romperlo.

—Voy a dejar la banda— dice, concreto y sin rodeos.

La mano de Liam deja sus movimientos y su cuerpo se separa lentamente.

—¿Qué?— pregunta con una sonrisa, como si no hubiera entendido el chiste.

Temiendo que no sea un chiste.

—Eso. Voy a dejar la banda

—Si es por lo rumores conmigo, no te preocupes, los negaremos, yo-

—No, Liam. Es mucho más que eso— se apresura en aclarar y observa las pequeñas lagrimas que brotan de los luminosos ojos miel que tiene enfrente.

—¿Por qué?— solloza susurrando el castaño, preguntando más bien a la luna por respuestas.

Y Zayn no sabe qué responder en realidad.

Él recuerda a su yo de 17 años diciendo que los sentimientos de nadie son más importantes que los tuyos, lo dijo y el mundo alardeo y él nunca creyó utilizar esa frase y ahora.

Él esta eligiéndose.

Liam sigue llorando, mirando a la luna todavía cuando siente dos lánguidos brazos envolverle.

Y entonces llora aún más fuerte.

Siente que todas las batallas ganadas no le dan la suficiente valentía para afrontar perderlo. Así como también siente unas gotas que juraría son saladas en su cuello.

Cuando él se calma un poco, hablan acerca de ello. Aunque Liam no entiende mucho, pero lo acepta.

—A ti podría decirte que cualquier lugar es mi hogar, si eres tu quien abre la puerta— susurra Zayn en sus labios, tomándolo de ambas mejillas.

Y Liam se cuestiona, quiere gritarle que no los deje entonces, pero se detiene. Porque como el adulto que es tiene que aceptar aunque sea doloroso.

—Siempre vas a tener un hogar con nosotros— asegura con el dolor de su alma, tomándolo por las mejillas también.

Recuestan su cuerpo sobre las sabanas, callados, sin ninguna palabra más que decir. El dolor no les deja hablar.

Hay un beso después, uno largo y paciente, uno que trata de absorber todo de sí.

Uno de despedida.

Una despedida que todos merecíamos.

When you choose yourself / 1dDonde viven las historias. Descúbrelo ahora