Odiaba, sus ojos cafés, su cabello castaño. La forma tan cobarde en la que esquivaba los problemas, odiaba el sol y la luna.
El día era una paz agotadora trabajaba sin descansar tratando de huir de su realidad.
Las noches calmadas un tormento lleno...
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Estaba con Amber en la cafetería terminado de limpiar, ella decidió ayudarme por cuenta propia apesar que le pedí que no lo hiciera, no me hizo caso.
—Bien esto es lo último, ven te daré tu torta y café, mientras los vas comiendo y yo termino de arreglar aquí—dije yo hablándole a Amber—
—Me parece bien, de todos modos ayudarte no es cosa dificil— me respondió, con una sonrisa ¿Acaso nunca se cansaba de sonreír?—
—Bien, ve a sentarte ahora te llevo tu café y el pastel—dije yendo a buscar esas cosas—
Lo bueno de trabajar aquí esque puedo tomar rellenar mi vaso de café sin que Eda se de cuenta, era algo favorable para mí porque el café ayudaba a quitar el olor a alcohol.
—No pensabas llevarte eso sin pagar verdad, niña— hablo Eda pareciendo detrás de mi, mientras preparaba todo para Amber—
—¿Que? Porsupuesto que no, yo lo pagaré. Se lo llevaré a Amber se lo debo—
—Es muy linda, me dirás qué ya encontraste el amor?—
—Eda, no me verás enamorada nunca, Amber no llega ni a ser una amiga. Es solo una conocida que me agrada— quien creía en esas tonterías del amor, hasta ahora el único amor que tuve fue hacia mi gato.
—Nunca digas nunca, ve tu chica te espera—lo último lo dijo con burla y decidí no darle importancia.
Fui y me senté con Amber mientras tomaba un café negro sin azúcar, y ella disfrutaba su torta y su café con leche y azúcar, sin duda le daría diabetes.
Al terminar salimos caminando en silencio, la acompañaría hasta que tomara el bus, el camino fue tranquilo y relajante no hablo tanto como en otras ocasiones.
Disfrutaba del silencio con otra persona, su forma de sonreír me hizo cuestionar, que tenía ella que la hacía tan feliz siempre sonriente y animada, y porque se juntaba con alguien como yo, no soy animada, no sonrió a menos que deba hacerlo por educación.
—Amber, tengo una pregunta porque no te alejaste de mi cuando te dije todas esas groserías cuando nos conocimos—pregunte sin mirarla—
—Porque se que no lo quisiste decir con mala intención, Luz yo tenía un mejor amigo sabes? Era así como tú sus ojos apagados, una mirada vacía no sonreía. La depresión lo consumió y el se suicidó—me respondió deteniéndose y empezó a sollozar— Te pareces a el, en todos los sentidos y cuando te vi no pude evitar pensar en el, no te estoy comparando.
—Te acercaste a mi solo porque me parezco a tu mejor amigo difunto?—dije un tanto dolida, pero claro quien iba a querer acercase a mi sí solo doy pena—
—En parte eso lo hize al inicio, pero con los días en la universidad conociéndote poco a poco, me di cuenta de una cosa, eres muy extraña—dijo y yo no sabía que responder en parte estaba con los ojos llorosos por recordar a su mejor amigo y yo jamás pase por este tipo de situaciones—
