Sorpresa

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30 de noviembre, Madrid, Obito Uchiha es un chico de 25 años que conduce de regreso a su casa, hacía tres años que había terminado de estudiar la carrera de derecho y un año desde que había hecho un máster de acceso a la Abogacía, por último, se presentó al examen del Ministerio de Justicia y actualmente trabaja en un bufete de abogados, con suerte le contrataron más terminar todos sus estudios, aunque por razones obvias aún tiene poca experiencia.

Tal vez decidió estudiar derecho por razones sentimentales, él creía que la gente mala debía de ser castigada.
Los padres de Obito fueron asesinados cuando él era muy pequeño y el asesino no recibió el castigo que merecía.

A pesar de todo eso, Obito llevaba una buena vida, lo crío su tío Madara junto con su marido Hashirama que era dueño de una farmacia y un laboratorio de análisis clínicos que funcionaban muy bien, Madara trabajaba como profesor de educación física en un colegio de secundaria.

Obito era el típico que amaba todo en la vida, el verano, el invierno, la playa, la montaña, lo dulce, lo salado, y su fiesta favorita era la navidad, eso nunca cambiaba, aunque se hiciese adulto, siempre sentía volverse un niño en esas fechas. Amaba pasear y ver las luces navideñas, los árboles de navidad, las cabalgatas, los villancicos, eso le volvía a su infancia y lo llenaba de felicidad.

Había pensado en alquilarse un piso y vivir solo, pero estar solo en una casa no era algo que le gustase, así que pensó que ya se mudaría en un futuro cuando estuviese con una pareja estable, a demás gracias a eso y a su antiguo trabajo de camarero había conseguido ahorrar dinero y se había comprado el coche de sus sueños, un imponente Land Rover blanco que a pesar de ser un cochazo, era fastidioso de aparcar por su gran tamaño, pero tampoco le fastidiaba tanto porque en el trabajo tenía aparcamiento con su propia plaza reservada, y para poder aparcar bajo su casa se había alquilado una plaza en un garaje en la misma calle de su edificio.

Vivían en un ático dúplex, las paredes estaban pintadas en un color gris claro, los muebles eran de color blanco brillante, el sofá grande y gris, la mesa principal del comedor era grande y de vidrio templado, las sillas blancas y el suelo y las puertas eran de madera clara, para ser más exactos eran de roble canadiense.

Acababa de llegar al apartamento, hoy oficialmente empezaban sus vacaciones, hasta el 7 de enero no volvería al trabajo, cerró la puerta y su tío Hashirama lo llamó.

El joven entró al comedor y se encontró a Madara y a Hashirama sentados en la mesa leyendo algunos papeles.

Obito: Buenas tardes - dijo el joven azabache mientras se sentaba en frente de sus tíos con cara de cansado.

Madara: ¿Y esa cara?

Hashirama: Es sueño Maddy, madruga mucho.

Obito: ¿Que querías decirme Hashirama? - preguntó también con voz de agotamiento.

Hashirama: Ah sí, ¡Tienes que hacer la maleta rápidamente!

Obito: ¿Eh? ¿Me estáis echando de casa? - preguntó el joven confundido.

Madara: No, no es eso, es que nos vamos de viaje.

Obito: ¿De viaje? ¿Ahora en diciembre?

Madara: Si, de viaje, salimos está noche y hasta enero no volvemos.

Obito: Pero que mier...

Madara: ¡Esa boca niño!

Obito: Sabéis que a mí me gusta la navidad, no iremos a un país islámico o a algún país...

Ártico de Plata (ObiKaka, TobiIzu y HashiMada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora