El último latido de mi corazón.

Capitulo 4.

¡IMPORTANTE!
[Este Capitulo se trata de lo que paso con Derek, de los gritos que escucho Cassie y de que paso realmente en el punto de vista de Derek.]
*capitulo corto*

Derek:

Me inyectaron la siguiente medicina en mi cuerpo. Había dormido más de lo normal y cuando desperte vi la cara de asombro de los hombres, pensaron que no había sobrevivido a esta medicina pero aún así mis latidos no dejaron de latir.

Walter junto a los otros hombres me llevaron a la sala, donde verían haber si la medicina hizo algún resultado en mi cuerpo. Me sentía extraño, demasiado.

Me sentaron a la fuerza en la silla y todos se pusieron alrededor de mi. Mire a todos con asco. Algún día me vengare sobre lo que me están haciendo.

─Bien. ¿Qué sientes? ─pregunto un hombre calvo.

No respondí.

─¿Qué sientes? ─volvió a preguntar.

Observe que Iván estaba entre los hombres, mirándome con odio. Le sonreí con inocencia para fastidiarlo, pero el no sabía que detrás de esa sonrisa inocente le demostraba el odio y la venganza que le tenía preparado. Ya he perdido la cuenta de las veces que pensé en como me vengaría de el, en que le haría y como sufriría. Lo mismo con los otros hombres.

─Muerto. ─respondí y el hombre solo asintió.

─Por obra de magia no lo estás. ─Dijo el

Me pusieron una mesa al frente de mi y colocaron un ratoncito. No entendí que trataban de hacer y sólo fruncí el ceño.

─Matalo imaginando que es alguien que odies. ─Hablo el hombre calvo─ Hazlo con tus manos, pero antes piensa en que le harías y enojate así tus ojos se inundan en negros.

Lo mire mal.

─¿Quieres que mate al ratón?

El asintió.

─¿Qué pasa, no puedes niñita? ─iván se río

─No por que al ratón no quiero matar. A ti si. ─Escupí.

El se río.

─Hazlo ya. ─Habla otro hombre- No tengo tiempo.

─Pues lástima. ─Dije.

Mire al ratoncito que estaba asustado. Era fácil matar a un animal, pero no me gustaba matar ningún tipo de animal. Ni siquiera un ratón, me disgustaba. Parece más divertido matar a uno de estos hombres.

─Eres tan inútil. ─hablo Iván─ No sirves ni para matar un animal por eso tu familia te abandonó.

Agarre la mesa con fuerza y la quebré. El hombre calvo rápidamente dio un paso atrás. La rabia entró a mis venas y tire la mesa a la mierda.

─¿Qué carajos dijiste? ─Hable con enojó levantándome de la silla.

─Derek... ─Hablo uno de los hombres intentando agarrarme del brazo pero lo empuje contra el piso.