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Momo salió de su coche y ayudó a la castaña con una sonrisa, Nayeon le sonrió, no habían hablado mucho, entraron al restaurante y pidieron algo de comer, Momo pidió un poco de leche. 

― Debería ser yo la de los antojos ― dijo Nayeon mirando la leche que Momo tomaba como si fuera agua. 

― Proteínas, bunny― dijo la pelinegra con una sonrisa ― Gracias por salvarme de una buena. 

― No hay problemas... Pero no te quiero ver cerca de Kim ni a 100 metros ― Momo sonrió. 

― Ni yo quiero. 

― Tenías que quedarte a descansar más. 

― Soy médico bunny, si sigo durmiendo crearé sedentarismo, necesito que el cuerpo capte grasas esenciales y no adormecerlo ― dijo Momo tomando más leche. Nayeon sonrió. 

― Ok, señorita sabelotodo. 

― No me agradó la idea de que Jeongyeon sea quien haga la fiesta... 

― No pasa nada Momo ― la pelinegra cerró los ojos molesta ― ¿Qué pasa? 

― ¿Qué hice para merecer esto? ― dijo Hirai, Nayeon volteó a ver dónde miraba la pelinegra y vio a varios periodistas y paparazzis mirándolas con curiosidad, pero lo que más le molestó fue ver a la oficial Kim sonriendo a las cámaras. 

― Si serán unos desgraciados... ― dijo la pelinegra molesta. 

― Tranquila creo que sé que es lo que quieren ― Im se levantó de su lugar ― Ya vengo Momo... 

― Espera yo voy contigo ― Al salir las cámaras se fijaron en ellas. 

― Hola ― saludó Nayeon muy tranquila ― Miren, me encontraba comiendo con mi novia y al parecer no nos dejaran en paz hasta que respondamos unas cuantas cosas ¿Verdad? ― de inmediato los periodistas como ráfagas empezaron a hablar. Momo no entendió ni jota ya que todos hablaban a la vez ― Ok, como no entiendo, yo les diré ― dijo Nayeon seria, tomando de la mano a la pelinegra― Estoy embarazada de Hirai Momo, tengo 6 meses y 3 semanas. 

― ¿Es eso verdad señorita Hirai? ― el asombro de Momo se esfumó al ver la sonrisa de la castaña. 

― Claro ― dijo ella ― En cuanto nazca mi hija las pruebas de maternidad serán hechas, los estudios completos expuestos al público así que dejen en paz a mi prometida. 

― ¿Prometida? ― dijeron todos a la vez incluyendo a Nayeon. 

― Claro, debo darle mi apellido a mi hija y casarme con la mujer a la que amo ¿No? ― los periodistas comenzaron entusiasmados a lloverle con preguntas, pero Momo sacó a Nayeon de ahí y la llevó al auto en donde salieron a toda velocidad a la casa. La castaña iba callada del asombro. 

― ¿Es verdad? 

― Solo si tú quieres ― dijo Momo, muy apenada ― Pensaba pedírtelo en el restaurante, pero ya vez, eres el centro de atención ― Hirai sacó un anillo de compromiso de su chaqueta. Nayeon la miró poniéndose muy roja. 

― ¿Esa es tu idea de ir despacio? ― preguntó la castaña a media voz. 

― Nayeon, te amo. No puedo ir más despacio, sí en menos de tres meses serás la madre de mi hija ¿A que le temes Nayeon? ― aquello era serio, la pelinegra había llamado dos veces por su nombre a la castaña. Momo iba en serio. 

― Debo, debo pensarlo ― dijo confundida la castaña mirando al frente. Hirai sintió que se desmayaba, pero aún así no dijo nada por unos momentos. 

― Todo lo que quieras ― dijo Momo, mientras guardaba otra vez el anillo con diamantes en su saco. Al llegar ayudó a Nayeon a salir del auto, y ella pudo notar el dolor de Momo, la castaña se sintió arrepentida pero ella no le dio tiempo para hablar más. 

¡Eres su madre! (NaMo Version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora