𝗈𝗇𝖼𝖾

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XI.


la tensión entre jay y jungwon era muy notoria ante los chicos y su tío. este último le preguntó si se habían peleado o algo pero el castaño terminaba negando y diciendo que no sabía lo que había ocurrido.

antes el lugar estaba lleno de alegría y risas puesto que los siete chicos se llevaban de maravilla pero todo se había caído y solo había incomodidad por medio.

jake suspiró, esto no podía continuar así.

"jungwon" el nombrado dejó de guardar los granos de café en un frasco para girarse. "¿aún no sabes por qué jay está así?" el castaño negó. jake frunció el ceño pensando. miró sobre su hombro al rubio que llevaba distraído este último tiempo, las bebidas habían perdido su esencia y ni siquiera su voz se oía durante toda la jornada de trabajo, la cual si bien se escuchaba poco, no era lo mismo que no se escuchara en todo el día.

esto ya se estaba yendo de las manos y jake sabía qué tenía que hacer. "habla con él." le dijo a jungwon, quien lo miró confundido. "esto no puede seguir así, todo es muy incómodo, a ti te duele que sea así y los demás no entienden qué ocurre. no podemos dejar que jay siga actuando así cuando está perjudicando a todos. háblale."

el castaño sabía que jake tenía razón. si no lo encaraba, jay seguiría ignorándolos, fallando en su labor como barista y lastimando el corazón de jungwon.

las cosas no iban a acabar bien si esto seguía así.

"deberías agarrarlo donde no pueda correr." habló riki, asustando a ambos empleados.

"tú..." jungwon abrió sus ojos.

"como jake dijo, esto no puede seguir así y sé que a jay tampoco le gusta esto. él está igual de frustrado y confundido que nosotros."

el castaño asintió y se quedó mirando fijamente al rubio que solo le pasaba un trapo a la máquina de café.

era hora de hablar con jay.

la hora de cerrar había llegado, los chicos habían planeado junto a jungwon una simple estrategia para que el castaño hablara con jay: encerrarlos en el café. hasta su tío había dado el permiso de ello.

"nos vamos yendo, recuerden cerrar las puertas." sunghoon saludó con la mano a jungwon quien le correspondió y junto a los cuatro chicos restantes, se marcharon del lugar.

jay estaba tan distraído que no notó como jake trabó las puertas con llave del otro lado y le guiñó a jungwon para decirle que el plan estaba en marcha.

el castaño sonrió y se giró hacia el mayor que se encontraba lavando sus manos.

"¿vas a decirme qué te está pasando últimamente?" el rubio saltó en su lugar y sintió su corazón acelerarse. lo que menos quería era que fuese jungwon quien le preguntara sobre su estado.

"nada, ¿por qué preguntas?" se sacó el delantal y empezó a colocarse la campera que colgaba del perchero.

"porque últimamente estás ignorando a todos, incluyéndome. ¿acaso dijimos algo que te haya molestado? puedes decirme."

jay no quería mirar a los ojos de jungwon, sabía que caería más bajo de lo que ya estaba.

sus manos comenzaron a temblar. "no pasa nada. todo está bien." tomó su mochila e hizo su camino hacia la puerta pero se asustó al no poder abrirla. "jungwon, abre la puerta." dijo con voz temblorosa.

"no hasta que hablemos."

el mayor suspiró. "no hay nada de qué hablar."

"¡basta, jay! ¡realmente no te entiendo! estábamos bien, ¿qué pasó para que comenzaras a actuar de esta manera? ya no haces unas bebidas exquisitas como antes, no hablas con ninguno de nosotros y ni siquiera estás diciéndome que no puedo hacer algo, simplemente estás ahí como si no existieras. algo está ocurriendo y si fue mi culpa, puedes ignorarme a mí pero no a los demás que no tienen la culpa de nada."

jungwon miró con tristeza a jay que seguía con su mano apoyada sobre el picaporte de la puerta, dándole la espalda.

"por favor, háblame."

el rubio alejó su mano y miró hacia el suelo. aspiró, volviendo su mirada hacia el frente, apreciando el reflejo de jungwon en el vidrio de la puerta. sus ojos estaban llenos de preocupación.

"te escuché hablar con jake..."

vió a jungwon abrir la boca asustado.

"yo..." se giró. "¿yo te gusto?"

el contrario parpadeó anonadado. jay lo sabía, era su fin. todos esos pequeños momentos que tuvieron juntos no volverían a ocurrir. tragó saliva.

asintió.

"me gustas, jay. mucho." no podía levantar la mirada, su rostro estaba rojo y sentía el calor subir. "si es por eso que estás así, puedo entenderlo pero, por favor, no le hagas lo mismo a los demás. sunoo ha estado muy triste porque no puede volver a casa contigo y sunghoon extraña molestarte. todos extrañan a tu viejo yo, incluyéndome." lo miró con los ojos llorosos y su respiración se cortó al ver las lágrimas de jay recorrer por sus mejillas. "¿j-jay?"

el rubio lo abrazó y el castaño tardó segundos en corresponder, quería apreciar esta última muestra de afecta que le estaba dando.

"tú también me gustas, jungwon."

capuchino ✧ jaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora