MI CORAZON ES TUYO

CAPITULO 1

Hermione Granger, fue una heroína de guerra, y ahí esta el problema, en el "fue" cuando todo se acento, las familias sangre pura regresaron a pedir sus puestos en el Wizengamot, y decidieron que ella, por su nacimiento, no tenía mucha oportunidad en su mundo, debido a su falta de conocimiento en sus costumbres y bla, bla, bla, ella acudió a sus mejores amigos, como descendiente de una casa pura y noble como los Potter, y con un asiento en el Wizengamot, creyó que Harry podría hacer algo, pero estaba tan ensimismado en su compromiso con Cho Chang, que prácticamente la ignoro.

-Si, si, Mione yo veré que puedo hacer ahora ¿Cómo vas a ayudarme con el asunto con Cho? Sabes que ella no te quiere particularmente, y bueno, tu entenderías si no puedo invitarte a la boda ¿Verdad?- Hermione lo miro sorprendida.
-Claro Harry, lo entiendo perfectamente.- murmuro ella completamente molesta, con eso se dio cuenta que Harry no la ayudaría.

Ron no fue mucho mejor.

-Yo no soy miembro de Wizengamot, Mione no sé qué quieres que haga.
-¡Pero eres sangre pura! Podrías ayudarme con proponer una reforma para cursos donde aprendamos las costumbres mágicas, o bien no sé, implementar un examen como en el mundo muggle, que quieren conseguir una nacionalidad ¡Algo así!
-Lo siento Mione, estoy con algunos asuntos aquí, así que realmente no tengo mucho tiempo.- dijo Ron dándole la espalda mientras agarraba unas cajas.
-Si, siempre todo ha sido mas importante para ti que apoyarme, incluso cuando te pedí que me acompañas a buscar a mis padres.- murmuro ella con resentimiento.
-Mira Hermione, terminaste nuestra relación por esa exageración, y al final de cuentas no los encontraste, no se porque sigues con eso.- y sin mas se dio la vuelta alejándose, dejándola con un nudo en la garganta.

Hermione siguió buscando ayuda, incluso ella misma puso en marcha la iniciativa para tratar a los hijos de muggles como extranjeros, la iniciativa pedía que se les aplicara un examen y les dieran la oportunidad laborar en su mundo, ya que ellos tenían magia, sin embargo nadie la escuchaba, cansada, se fue a vivir al barrio muggle, Ginny en solidarización se fue con ella, era la única amiga de su antigua vida que le quedaba, unidas por el desplante de Harry al no invitarlas a su boda pues no le caían bien a la novia.

-¿Y que vas a hacer Hermione?- pregunto preocupada Ginny.
-No lo sé, empezaré a buscar trabajo en el mundo muggle, pero será difícil porque aquí, no tengo estudios.- dijo ella preocupada y cansada.
-Lo se Hermione, pero eres muy inteligente, veras que encontraras algo y poco a poco podrás ir subiendo de puesto.- le dijo la pelirroja alentadora.

Sin embargo, eso no paso, Hermione busco trabajo por mucho tiempo, empezó como mesera en un restaurante y fue desgradada, acosada, humillada, y desestimada continuamente, por ser mujer, era frustrante, en un mundo por su sangre y en el otro por su género, además, el sueldo no era muy bueno, busco en otros lados, siendo secretaria, pero también ocupaba un estudio, y la mayoría de las empresas la trataban como tonta por no tenerlos, llego al punto de trabajar en tiendas como cajera, o dependienta, pero ya no podía seguir así, pues nunca le alcanzaba para responderle a Ginny con los gastos, su amiga siempre terminaba poniendo de más.

-No te preocupes Herms, sabes que no hay problema.- decía tranquila la pelirroja.
-Si, pero no es justo Ginny.- decía ella frustrada.- debe haber alguna manera.

Un día, mientras caminaba después de renunciar a su último trabajo cuando su jefe la jaloneo por "no tenerle su café a tiempo" se encontró con una academia de Pole dance, miraba a las chicas girar y ser completamente elegantes y hermosas en el tubo, siempre pensó que era un poco vulgar el deporte, pero ahora, al verlas, sintió que se veían poderosas, y maravillosas, después de todo lo que había pasado pensó que realmente, no tenia derecho a juzgar, ella misma fue juzgada por diferentes motivos, habían pasado ya 5 años desde que vino al mundo muggle y no había podido salir de esa situación.