Capitulo O6

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Cuando llegas a tu habitación, lo primero que haces es quitarte ese estúpido bigote que odias, tirándolo sobre la pequeña mesa de luz a un lado de la cama, te quitas la remera, dejando la misma sobre la cama, junto a la barriga falsa.

Desabrochas tu pantalón y te quitas las zapatillas, para luego ir hasta el baño, encender la regadera, te miras en el espejo del mismo y puedes ver unas pequeñas bolsas debajo de tus ojos.

Estas cansado, comprarle las cosas a Bandit es agotador, estar con Gerard es agotador, pensar en Gerard es agotador.

Una vez quedas desnudo, te metes en la bañera, debajo del agua que golpea tu nuca, tu frente y antebrazos contra los azulejos de la pared, los ojos cerrados y tu labio inferior entre tus dientes, pensando.

¿Por qué Gerard te hace esto?

No logras entenderlo, por lo que cierras tus puños y aprietas tus ojos, hasta que sientes unos brazos rodearte desde la cintura, y te hubieras asustado si no fuera porque tu cuerpo reconoce antes que vos mismo aquella piel.

No escuchaste la puerta abrirse, ni las cortinas de la ducha moverse, pero no le das mucha vuelta al tema, ya que sientes esos labios tan conocidos recorrer tu nuca, tu omoplato, tu hombro, tu cuello y luego el lóbulo de tu oreja, produciéndote suaves espasmos.


- Hola... - te susurra contra el oído, haciendo que tus piernas temblaran por lo ronca que salió su voz.

- Hola moreno... - fue tu respuesta, mientras tu mano derecha, inconscientemente iba hacia la nuca de Gerard, enredando tus dedos en su cabello, tirando un poco, mientras girabas tu rostro, para besarlo, pero el gira su rostro, impidiéndote el contacto de sus labios, provocando que te enojes un poco, aunque tu rostro no lo demuestre.

Y antes de que dijeras otra cosa, Gerard dejo de abrazarte y salió de la ducha, dejándote más confundido que enojado, si es que eso es posible.



*





Cuando sales de la ducha, la toalla alrededor de tu cintura, Gerard te está esperando contra la pared de al lado de la puerta, sin remera y solo con el pantalón de su piyama puesto.

Pasas por al lado suyo, sin hacer nada, y entonces Gerard te agarra de la muñeca, acercándote a él, y besándote con necesidad, la boca abierta, jadeando sobre la tuya.

La toalla cae al suelo y Gerard te agarra de las piernas, apretando y levantándote, y no pierdes el tiempo en enredar tus piernas en su cintura y abrazarlo por el cuello , estirando tu cuello y dejando que él te muerda por sobre el mismo.

Gerard camina y te tira en la cama, te mira, bajándose los pantalones y una vez desnudo, apoya una rodilla en el colchón, luego sus palmas y comienza a gatear hasta quedar encima de ti.

Se relame los labios y comienza a besar tu mejilla, descendiendo hasta llegar a tu cuello el cual esta húmedo aun, pasando la lengua por cada gota que queda, provocando pequeños escalofríos en tu cuerpo.

Su mano acaricia cada porción de tu piel y vuelve a descender, hasta llegar a tu ombligo, que sabe que te enloquece, pasando la lengua por ahí, dándote escalofríos y provocando que jadees, ahora, sintiendo como la piel te arde y el calor comienza a inundar la habitación.

Lo agarras del rostro, levantándolo y volviendo a besar sus labios, girándote ahora y quedando encima de él, tos rodillas a cada lado de su cuerpo y pecho contra pecho, mientras con tu mano abres el pequeño cajón que está al lado de la cama, quitando el lubricante y abriéndolo, llenando dos de tus dedos con el mismo y metiéndolo en su entrada sin previo aviso.


- Dios... Frankie... - jadea Gerard, por lo que sonríes de lado, mordiendo su mentón, mientras que con tu mano libre, caricias una pierna de Gerard, haciendo que la flexione permitiéndote mejor acceso en su entrada con tus dedos.


Esta cálido, y te muerdes el labio inferior de las ganas que tienes de metérsela.


- ¿con o sin condón nene? – le preguntas, y sabes la respuesta antes de que te la de, sabes que va a ser sin, pero quieres oírlo.

- Sin... - te susurra, con la voz ronca, y sonríes de lado, sacando tus dedos de adentro suyo, ahora apoyando ambas manos en la pierna de Gerard, haciendo que las deje sobre tus hombro.

Agarras tú miembro, hinchado y venoso, y lo acercas a su entrada, entrando de manera lenta y torturante, mirando a Gerard a los ojos, quien los cierra y se queja.

Y cuando estas dentro de él completamente, te quedas unos segundos, mirándolo a los ojos y relamiéndote los labios, para agachar tu torso y volverlo a besar, suave, mientras comienzas un suave vaivén dentro suyo.

Gerard se relaja y deja de apretar tu miembro dentro suyo, gimiendo contra tu boca, moviendo sus caderas para que aumentes la velocidad, y no lo haces esperar, aun con tus labios sobre los suyos, comienzas a moverte más rápido, a un ritmo más constante.

Buscas aquel punto que sabes que le encanta a Gerard, sin encontrarlo aún, así que sales de adentro suyo, quitando sus piernas de sobre tus hombros, y lo haces girase en la cama, quedando de cuatro, las manos sobre el cabezal de la cama y las rodillas flexionadas.

Y vuelves a entrar adentro suyo, de manera lenta en un comienzo, rápido después, hasta que lo encuentras.

Gerard gime, casi gritando y diciéndote "ahí... Fran-ah-kie... Ahí..." y comienzas a embestirlo, sin casi salir, tu pelvis chocando contra su trasero, el ruido de tu miembro entrando en su trasero inundando la habitación junto a sus gemidos y los tuyos, sumados a las suplicas de Gerard porque lo toques, y lo haces.

Acariciando sus huevos, para luego agarrar su miembro, apretándolo y comenzando a masturbarlo, tu dedo pulgar jugando con la cabeza de su miembro cada tanto, hasta que comienza a llorar semen.

Aumentas la velocidad cuando sientes que te estas por venir, embistiéndolo de manera errática, Gerard suplicando y gimiendo debajo de ti, entonces gira su rostro, mirándote, la saliva adornando la comisura de sus labios y sus ojos negros, entrecerrados, y sabes que se está por venir, por lo que apoyas tu pecho contra su espalda, y lo besas, sucio, la saliva cayendo por ambas comisuras, y Gerard se viene en tu mano, en un gemido ronco, apretando tu miembro adentro suyo, contrayéndolo.

Y tres estocadas después, sientes que te estas por venir, y vas a salir, pero sientes una mano en tu trasero, la mano de Gerard, que te clava las uñas, mirándote de reojo, con la respiración agitada, y sabes lo que quieres, y no te vas a reusar, así que lo haces, lo sigues embistiendo hasta que te vienes adentro suyo.

Pierdes el equilibrio por el orgasmo, cayendo encima suyo, quedando ahora Gerard acostado sobre la cama, contigo encima, y acaricias sus costados, aun sin salir de adentro suyo, porque te da pereza.

Entonces acercas tus labios a su cuello y le dejas un beso, para luego acercar tus labios a su oído.


- Te amo nene... - le susurras, con los ojos cerrados, y aunque no lo ves, sabes que está sonriendo.



Princesitas - FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora