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CAPÍTULO OCHO

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CAPÍTULO OCHO

EL DEMONIO





























Las dos hermanas pelirrojas se encontraban con Jace esperando formados en la entrada para ingresar al rave, la pecosa se sentía ansiosa por estar rodeada de tanta gente y, sobre todo, sus brazos estaban cruzados mientras se rascaba la piel de forma inquieta, porque algunos se tardaban en ingresar o formarse simplemente para verla.

Clary y Jace no podían notar su probable ataque por su concentración en el plan, pero Alyssa no podía culparlos debido a que ella misma se ha asegurado de que nadie lo notara.

—Alec e Izzy están asegurando el perímetro —informó Jace—

—¿Seguro que es una buena idea? La última vez, este lugar estaba lleno de vampiros —hizo memoria Alyssa, puesto que la fiesta era en el mismo bar al que acompañó a Jace por la motocicleta—

—Relájate, pelirroja, todos los subterráneos andan por aquí. Solo vinimos a la noche de vampiros

Alyssa asintió, pero Clary la miró juntando sus cejas —Aly, ¿a ti ya te suena normal todo esto? —la chica con pecas movió la mano dando a entender que es un más o menos—

—Está despejado

Menciona el azabache llegando y sin despegar su atención de la menor de las Fairchild. Aun no comprendía porque se estaba actuando de esta manera ansiosa la chica, como si temiera de lo que fueran a decirle sobre cómo se veía.

—¿Creen que el rojo es mi color? —pregunta la shadowhunter tocando el collar en su cuello—

—Iz, con un cuerpo como el tuyo, todo es tu color —responde la mayor de las pelirrojas—

—Buen punto

La pelinegra sonrío en grade y entrelazar su brazo con el de Clary, dejando que Alyssa siguiera delante de su hermano.

—Vaya, hago que el collar se vea genial

—¿Podrías quitártelo? —le pidió Alec, elevando la mirada al tener la atención de Alyssa— Estoy seguro de que Magnus Bane no quiere baba en el rubí cuando lo intercambiemos

—No estaría tan segura. A los hombres les gusta que les admire las joyas

—¿Podrías dárselo a Alyssa? —a pesar de pedírselo en pregunta, prácticamente él se lo ordenó en un tono cansado—

—Eres un aguafiestas —se lo entrega riendo—

—Eres un aguafiestas —se lo entrega riendo—

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𝐌𝐀𝐆𝐈𝐂 | Alec LightwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora