La leyenda de Tanabata

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La leyenda de Tanabata se puede contar de dos formas completamente distintas pero al mismo tiempo exactamente iguales. Y esta trata sobre el encuentro de Vega y Altair. Así que os contaré ambas versiones:

"Primera versión"

Orihime, hija de Tentei (el dios Celestial), hacía telas muy bonitas que regalaba a su padre y por eso trabajaba mucho todos los días, aunque esto le prohibía conocer personas para poder enamorarse. Debido a esto, su padre decidió hacer que conociese a Hikoboshi, un pastor que vivía al otro lado del lago Amanogawa de donde tejía su hija. 

En cuanto ambos jóvenes se encontraron por primera vez, cayeron profundamente enamorados y se casaron en seguida. Sin embargo, debido a esto, Orihime comenzó a desatender su tarea como tejedora para su padre, al igual que Hikoboshi dejó de atender a su rebaño, que se esparció por el cielo. El padre de Orihime se enfadó muchísimo y separó a ambos amantes. Pero su hija fue a suplicarle, llorando, que los dejase verse y conmovido por las lágrimas les permitió encontrarse el séptimo día del séptimo mes siempre y cuando ella hubiese acabado sus telas. Sin embargo, el primer día que fueron a encontrarse, se dio cuenta de que no podía cruzar el río que los separaba, pero una bandada de cuervos se ofreció a llevarla cada año al otro lado del río para que se reencontrase con su amante siempre y cuando no lloviera. Al final, pudieron reunirse. Mientras que aquellas veces que llovió, ellos tuvieron que esperar un año más para poder verse.

"Segunda versión"

Un día, la princesa Orihime bajó a jugar en una laguna con su hagoromo, sin embargo, aquella vez lo perdió.

Sin embargo, un pastor llamado Hikoboshi lo vio y se lo guardó al ver la tela tan bonita con lo que estaba hecha. Entonces, Orihime lo encontró y le pidió que le devolviese su hagoromo. Él, sin embargo no sabía a que se refería la muchacha hasta que ella le explicó que era la tela que usaba para volar y bajar a la Tierra. Él avergonzado, negó que la tuviese.

Así pues, Orihime se vio obligada a quedarse en la Tierra, sin embargo, poco a poco ambos se fueron enamorando y finalmente contrajeron matrimonio.

Un día que Orihime limpiaba la casa, encontró su Harogomo y le explicó a su marido que debía volver, pero que si quería verla, debía de construir mil sandalias.

Hikoboshi se puso a trabajar en las sandalias y cuando iba por la número novecientos noventa y nueve, decidió enterrarlas junto a un bambú que comenzó a crecer hasta el cielo. Sin pensárselo dos veces, subió por él hasta llegar a una parte en la que no podía subir más a causa de que le faltaba una sandalia. Entonces comenzó a llamar a su amada que lo ayudó a subir.

Cuando subió del todo, se encontró con el padre de la joven, el Rey Celestial, quien estaba furioso de que su hija se hubiese casado con un simple mortal. Entonces le dijo que lo aceptaría si cuidaba de su rebaño por tres días. 

Entonces, Orihime le dijo: "No tomes ninguna fruta por mucha sed que tengas, es una trampa de mi padre" 

Sin embargo, el tercer día, el chico moría de sed y tomó una fruta, al momento el agua de la fruta cayó de sus manos y formó un enorme río, que fue llamado Amanogawa. Con lo que ambos amantes quedaron separados.

Sin embargo, el Rey Celestial se compadeció de estos y bajo su vigilancia y permiso les deja reunirse una vez al año, el séptimo día del séptimo mes del año, siempre y cuando no llueva.

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