Era una noche perfectamente normal en la gala de la familia más misteriosa de las ciudad, la cuál fue creada para presentar a la nueva integrante de la familia Hargreeves, T/N quien desde ese día sería conocida como número ocho.
El nerviosismo de ella era evidente, tantas cámaras, tantos ojos examinando y calculando cada movimento esperando verla fallar, un ambiente tenso e intrigante se formaba por todo el lugar, mas aún cuando no estás acostumbrada a ser el centro de atención.
Estaba nerviosa por algo en particular, sus nuevos hermanos, con los cuales no había pasado mucho tiempo y le asustaba su nueva vida junto a ellos, el hecho de que no la aceptarán le provocaba una punzada en el estómago.
Mientras tanto, el jefe de familia, el señor Reginal, estaba ciertamente satisfecho, le había costado bastante encontrar a T/N, ni siquiera quería pensar en el como se adaptaría, pero el confiaba en que ella lo lograría, al fin y al cabo ahora es una Hargreeves. En cambio, la multitud estaba decidida a criticar cada parte de la joven, el por qué no estaba claro, solo lo hacían por la satisfacción de que alguien perfecto luzca imperfecto.
La gente llega a ser envidiosa a niveles muy altos, aunque se dice que el verdadero enemigo está en la familia, pero nunca en los Hargreeves, que siempre se apoyaban y festejaban los logros de los demás; sin duda Reginal había hecho un gran trabajo como padre.
El momento de presentar a número ocho llegó, Reginal se posicionó en el balcón de aquella gran mansión; con una copa y un cubierto llamo la atención de todos.
—Buenas noches, antes que nada quiero agradecer su asistencia a esta gala de presentación. —esbozo con una leve sonrisa —Se que muchos de ustedes están muy ansiosos de conocerla, así que, para su deleite, la nueva integrante de la familia Hargreeves, les presento a número ocho.
La chica entro tímidamente mientras la cegaban montones de flashes de los periódicos más importantes del país, aunque ella no se dejó intimidar y camino con gracia hasta quedar justo al lado de Reginal. Cuando encontró una buena posición se dedicó a saludar y sonreír a las cámaras y a las personas por igual, justo como le habían enseñado un día antes, sin duda era una chica muy linda y segura de si misma, lo que la hacía aún más atractiva.
Sus ojos, su sonrisa y la vibra ligera que desprendía hacía que cualquiera se quedará enganchado con ella y uno de los Hargreeves no fue la excepción; mas bien, Cinco Hargreeves no fue la excepción, quedó intrigado por la chica desde que la conoció, no intercambio mucha conversación con ella, pero su dulce y delicada voz le llamaba la atención, además del aura magnética de la chica le resultaba algo interesante.
Pero no era el único, Matthew Sinclair, el hijo de uno de los socios de Reginal también parecía intrigado y hasta interesado en la chica, en cuanto a los demás Hargreeves, tenían una sonrisa de orgullo en su rostro, al parecer la chica también los había enganchado a ellos, pero de manera diferente.
Cuando las formalidades terminaron, la chica se reunió con sus nuevos hermanos, mientras ellos la saludaban y festejaban, las cámaras no dudaron en captar este hermoso momento de hermanos. Sin duda alguna a la mañana siguiente las portadas de cada diario y revista serían los hermanos y su linda unión, los chicos no dudaron en brindarles a los medios unas grandes tomas de ellos conviviendo.
Después de la sesión fotográfica, los chicos se dedicaron a platicar entre si, las chicas presumían sus lindos vestidos dando vueltas mientras que al mismo tiempo se dedicaban a soltar docenas de halagos entre si y los chicos se limitaban a participar de vez en cuando en la conversación.
Mientras todos convivían, los meseros se dedicaron a entregar copas con champán para un brindis. Reginal se posicionó en el mismo lugar de antes mientras todos volteaba a verlo, el alzo su copa.
-El día de hoy levantemos nuestras copas para brindar por nuestra esperada número ocho y porque no, por nuestra familia- levanto su copa un poco más alto y siguió - Los invitó a decir salud por número ocho y por la familia Hargreeves.
Los invitados siguieron su petición y pronunciaron las mismas palabras alzando sus copas casi al unísono.
Al finalizar los aplausos, la pista de baile se abrió a lo que los invitados más alegres se dispusieron a seguir el ritmo de una suave pieza clásica.
El chico ojiverde contempló el momento perfecto para invitar a bailar a la bella dama que le había interesado, así que se dispuso a caminar en su dirección, la chica, algo distraída, noto por el rabillo del ojo acercarse a aquel caballero, algo dudosa de sus intenciones, lo miro con recelo.
—¿Te apetece bailar querida hermana? —dijo extendiendo su mano a lo cual la chica accedió.
Algunas personas de la multitud los observaban con ternura al verlos bailar tan maravillosamente, mientras que una de las Hargreeves apretaba sus puños conteniendo su molestia.
—Al parecer no te quería tanto como decía, ¿o crees que la invitó a bailar por amabilidad? —comento con cierto tono cizañoso con esa sonrisa burlona de siempre.
—Estas delirando, está claro que fue por amabilidad —respondió la chica cruzándose de brazos.
—Pues para ser por amabilidad lo veo muy contento bailando con ella y tú intranquilidad también dice lo contrario —el chico hizo un gesto de salud y bebió de su copa a lo cual ella lo fulminó con la mirada para después alejarse del lugar.
El chico con una gran sonrisa se dispuso a contar todo lo sucedido a sus demás hermanos creando así un nuevo rumor solo entre la familia
Los rumores en la familia son algo con lo que hay que tener especial cuidado, la mayoría de veces solo te entierran, pero, eso es algo de lo que no deben preocuparse los Hargreeves porque como se dijo antes, ellos son la familia "perfecta"...
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Dollhouse
FanfictionLos Hargreeves son el prototipo de familia perfecta, los 8 hijos con futuros brillantes combatiendo el crimen; pero ¿Qué pasaría si compartes un día con ellos?, ¿Seguirías pensando que son la familia perfecta?.