Éxtasis de Amor #2(Bajo El Mismo Éxtasis) Saga.

Capítulo 02

★Samantha Mills★

Tres años antes...

Una vez mi propio enemigo me dijo;

Nunca subestimes el poder del mal.

Nunca lo entendí hasta que me tocó enfrentarlo, verle la cara al enemigo, convivir con él sin saber que en cualquier momento todo podía convertirse en un desastre.

Eso fue justamente lo que pasó con Silvana.

Aún nos cuesta analizar, creer y confiar en la paz que nos rodea últimamente, como si todo estuviera en su lugar.

Sean sigue sosteniendo mi mano, sin embargo me hago de cuenta que no ha pasado nada, con la escusa de soltarme amarro mi cabello en una coleta alta.

Yo también eh madurado, dicen por ahí que uno no madura con los años, sino con los tropiezos, con los daños.

Ojalá pudiera decir que no siento la misma conexión como al principio, pero estaría mintiendo, es como si fuera imposible olvidarse de un Thompson.

Me pregunto cómo Silvana lo logró, o si los recuerda.

Aunque no lo niego, poco a poco eh dejado de sentir ese terremoto de emociones que sentía años atrás.

Ivette a crecido más, incluso sonríe más y deja notar más su personalidad extrovertida y traviesa, pero aún así siempre posee esa actitud de alerta, cautelosa y observadora.

Augusto, ahora luce más relajado, sin ese aire extraño que lo rodeaba, habla más, sonríe más, e incluso es más expresivo.

Y Sean no se parece en nada al Sean que conocí años atrás. Aunque a veces creo que le cuesta aceptarlo a madurado, ahora solo se enfoca en las cosas positivas, no entra en temas de bromas o hacerle la vida imposible a alguien, es más juguetón, más confiado y más expresivo.

Podría jurar que Alexis a cambiado pero no, sigue apareciendo en todas partes, a excepción de que ahora puede hacer lo que quiera.

Y Miles sigue siendo Miles, aunque ahora más alocado y menos tímido y reservado.

Cenamos, jugamos y hablamos de todo un poco, hasta que todos nos agotamos y poco a poco solo quedamos los dos, Sean y yo.

No entiendo muchas cosas de la vida, pero algo me ha enseñado y es que:

Oh te comes el mundo o te quedas con las ganas, te enseña a que luches, que te arriesgues y seas perseverante. Que no te rindas.

— ¿Sabes? Le hiciste mucha falta a mi padre. — Confiesa como si fuera algo muy confidencial. — Lo que pasa es que no quiere admitirlo.

Me río. — Por supuesto, si son idénticos unos a otros. Ya se a quien salieron.

— A mi también me hiciste falta. — Confiesa. — Pasamos épocas difíciles mientras no estabas, y... — Lo piensa un momento. — Extrañé verte invadir mi espacio personal a cada minuto.

Respiro hondo tratando de buscar mucha pero mucha paciencia.

— Eso lo dices ahora, pero no fue lo que dijiste años atrás, me odiabas Sean, llegabas traspasabas los límites y luego te arrepentías, odiabas que invadiera tu espacio, odiabas mi existencia, — Suspiro. — Me dijiste que me largara de sus vidas, si estoy aquí es por el señor Thompson, tus hermanos y Miles.

— Samantha.

— No. — Lo interrumpo. — No vengas a acercarte para luego echarme como siempre Sean, se acabó el juego, se acabó.

El suspira.

— No olvidas nada.

— Me quedan tres meses de vacaciones, hagamos que sea divertido, después cada quien por su lado, cada quien a seguir con su vida.

Me levanto y entro a la habitación seguida de él, abro la puerta y le miro. — Buenas noches Sean Thompson.

Él me mira por unos minutos y pasa por mi lado. — Buenas noches Samantha Mills.

Me recuesto de la puerta y cierro los ojos tratando de calmarme.

No tengo sueño, pero tampoco quiero hacerle ver qué quiero estar cerca de él, me lastimó mucho, no le importó el tiempo que me tomaría olvidarlo y ahora ya no quiero perder mi tiempo con él.

Tomo mi laptop y hago una llamada grupal con mis amigas.

— Holaaa. — Saludan animosamente Detansa y Merlín mis mejores amigas.

— Las extraño y solo han pasado horas.

Ambas sonríen.

— También te extrañamos pero cuéntanos ¿Cómo ha ido todo con tus odiosos?

— ¿Y tu hermoso hermano? — Pregunta Merlín con voz pícara

— Miles está bien Merlín, pronto lo llevaré para que lo conozcan en persona, con los Thompson, no se, no pude evitar sentirme feliz al verlos. — Suspiro, — No se, los noto muy maduros chicas, y Sean sigue siendo Sean.

— No has caído ¿Verdad? — Pregunta Detansa con una ceja alzada.

Me río de su reacción.

— No Deta, no creo que el sienta algo por mi. Osea, creo que solo hace cosas por alivianar un poco su culpa por todo el daño que me hizo. Y yo no puedo olvidar, solo no puedo hacer de cuenta que nada pasó y seguir como si nada.

— Yo creo que deberías venir y no quedarte ahí con ellos. — Merlín acerca su rostro a la pantalla. — Sabes que no encontrarás mejor compañía que la nuestra..

Detansa la jala de su cabello largo.

— Aush suelta gata.

— La axficias. — Me río porque viven peleando a cada rato pero no pueden vivir una sin la otra. —  Sami cariño la tarada ésta tiene razón, si te sientes incómoda vente para acá que aquí estaremos esperándote.

— Las amo muñecas.

— Nosotras a tí.

Cuelgo la llamada y me recuesto quedándome dormida.

#

Desperté por el olor a chocolate caliente, así que levanté mi grandioso trasero, me duché y me vestí con mi ropa deportiva, son las seis de la mañana, horario perfecto para hacer ejercicio.

La familia Thompson como siempre se encuentra en la cocina con Luz María sirviéndoles el desayuno, yo decido salir por la puerta principal e ir a correr un poco.

Las calles están repletas de hojas, logrando darle un toque precioso a la ciudad.

La vida es toda una mónada.

Pensar que años atrás decía lo contrario.

La vida es una mierda señor Steam...

Me río sola al ver lo mucho que a cambiado todo.

Con el tiempo te das cuenta que tú mismo puedes cambiar tu vida, uno no decide cuántas veces se cae pero si cuantas veces te levantas.

Corro por el parque tarareando una de las canciones favoritas de Detansa, me tiene tan cansada que hasta me la sé.

Pero algo me detiene en choc, una peli roja se baja de un bus con una mochila.

El corazón me palpita dentro y se me eriza la piel.

La chica se gira en busca de alguien y respiro con alivio.

Aún nos persiguen los recuerdos de Silvana.

Pensé.