Parte IV

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"¿Por qué te quedas?

Por ti."

Rebuscando entre las prendas que había considerado suficiente llevar a Italia encontró su conjunto de baño que, consistía en unos pantalones negros cortos a la altura de la rodilla, adicionando una camiseta del mismo color para sentirse menos expuesto; simple y cómodo, como le gustaba vestirse. Respiro hondo por tercera vez, mentalizandose, con las palabras que Petrov le recordaba cuando se encontraba próximo a situaciones sociales "dinamiza", acción que le constaba más de lo que le gustaba admitir. Desenvolverse en ambientes festivos o de celebración no era su fuerte, al menos, no sin copas de vodka de por medio. Cuánto se le antojaba un poco de su bebida predilecta ahora mismo, pensó.

No fue consciente de que no sabía dónde quedaba la piscina hasta que se encontró en la sala, plantado alrededor del lujoso silencio, mirando de soslayo las escaleras, esperando que Carlo bajará por ellas. Incluso si aún se sentía resentido por la mentira, ver su deslumbrante sonrisa solía hacerle sentir menos solitario. Suspiró, comprendiendo que, quizá, él se había echado para atrás pues en la sala de música no se veía emocionado con la idea de la fiesta de su hermano mayor.

Dejándose guiar por el sonido de risas que llegaban hacia las afueras de la residencia, la voz de Tony se filtró por sobre la música; encontrandolo recostado en una de las sillas plegables conversando animadamente con un joven, cerca a la amplia piscina se encontraban dos chicas más, quienes sumergían sus pies en el agua jugando con las ondas que se creaban en la misma. Ninguna señal de Carlo.

Tony lo reconoció a la distancia, moviendo su mano en señal de que se acercara, mientras, la otra sujetaba un vaso. Intentando ignorar las miradas curiosas que se posaban sobre él, avanzó hacia su dirección.

- ¡Eh, Vólkop! Acércate, hombre. - saludó con la alegría propia de alguien que se ha autoimpuesto la labor de anfitrión de la reunión. Le acercó una botella de cerveza de marca italiana. - Por el momento toma esto. - acercándose a saludarlo en la mejilla, se tensó cuando sintió la respiración de Tony cerca de su oreja. - Esperemos que Carlo se digne a bajar para que él prepare las bebidas. - susurró, dejándolo confundido con la implicancia del tono de voz que había usado al mencionar a Carlo; como si supiera más de lo que reveló en la sala de música.

Ajustando sus lentes de sol rojos mantuvo su serena expresión, más, sus ojos denotaban el brillo travieso que reconocía en Carlo. Se mantuvo paralizado mientras Tony se acercaba a sus amigos que los esperaban cerca a la piscina; sin mirar atrás, confiando que él lo seguiría. Dándole un sorbo a la botella de cerveza en su zurda, se dispuso a seguirlo.

- Escuchen, este es Vólkop y vino desde Rusia para enseñarle a Carlo a tocar el piano. - mencionó. - Este es Matt. - un sujeto alto a la derecha de Tony levantó la mano en señal de un saludo despreocupado para, luego, volver la mirada a su teléfono. - Por allá está Jose. - siguiendo la dirección de la mano de Tony se encontraba un sujeto de tez morena cargando algunas cajas de cerveza hacia el minibar. - Y ellas son Olivia y Milan. - señaló a las dos chicas que había visto juntas en la piscina, ambas le sonríen con simpatía.- Diviértete. - palmoteo su antebrazo, alejándose hacia donde estaba el sujeto del minibar.

En estos instantes, Volkov se plantea si fue buena idea aceptar la invitación de Tony. Dando otro sorbo, dirige su mirada al jardín que rodea la piscina, específicamente, al lugar por donde entró; esperando por él. No quiere sentir que depende de Carlo, pero, quién lo puede culpar cuando es la única persona con la que ha interactuado lo necesario para establecer un vínculo de conocido/amistad, al menos, la mayor parte de su tiempo.

El sol está en el punto correcto para impactar con fuerza sobre su piel, la asfixiante sensación de calor le empieza a irritar porque ha sido irresponsable y no se ha puesto bloqueador; si no quiere afrontar las consecuencias debe buscar una sombra. El único espacio que posee una sombrilla está siendo acaparado por Matt, quien, de todos los amigos de Tony es quién menos confianza le irradia, considerando que su única interacción fue un saludo prefiere dejarse convencer por su instinto y mantenerse alejado.

Melodias en el piano [Volkarlo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora