| REINO DE IBRATON. |
Alexitimia.
La verdad es que ni siquiera sé qué pensar, todo es muy confuso. Hace unos segundos estaba en mi alcoba siendo abrazada por mis sábanas y ahora estoy aquí mirando como preparan a alguien para ser ejecutada.
A lo lejos estaba el peor escenario que alguien puede ver, una mujer, se veía mayor, unos 40 años a lo mucho, tal vez. Desde donde estoy no veo mucho, su rostro es como una mancha borrosa, su cabello estaba de un color indefinible.
Intenté moverme para ver mejor, pero no pude, era como si mis pies desnudos estuvieran pegados a la rasposa tierra. Cuando regresé mi vista al frente no pude evitar sentir una gran lástima por la señora, no podía ver su cara, pero se veía nerviosa, aunque evidentemente lo intentara ocultar. Las demás personas no se veían ajenas a la situación. Algunos parecían contentos, pero puedo decir que muchos otros no parecía que lo estuvieran disfrutando.
Pasé unos cuantos minutos mirando como se acomodaba nerviosa, no sé lo que hizo, pero siento una gran pena por su situación, no veo algo más cruel que el morir por decisión de terceros, que tu vida esté totalmente a manos de una persona que no te considera como eso, una persona, el saber y prepararte para una muerte humillante delante de los que te conocieron en vida, el saber que lo último que recordarán de ti, no eres tú, si no la desesperanza.
El tiempo había llegado, la mujer había dado su último suspiro. Cerré mis ojos con fuerza cuando cayó la cabeza. No los volví a abrir, ni siquiera cuando sentí que algo se había estrellado en mi pie, e incluso no los abrí cuando sentí húmeda la tierra que antes había sido seca.
***
11 DE JULIO, 1770.
Abrí los ojos alarmada, al sentir una presencia a mi lado. Pero me relajé al ver que solo era una señorita de cabellos dorados.
— Veo que ya estabas despierta.
Marie caminó a mi guardarropa en donde la esperaba su hermana Antoinette con mi ropaje ya listo. Me levanté de mi lecho y me dirigí al centro de mi habitación.
Levante los brazos y me sacaron el pijama, me enderecé para que me colocaran el corsé y el vestido rosa pastel, media manga y con un hermoso encaje al final de un rosa casi blanco. El escote un u con flores blancas adornando, las mismas flores también se posaban alrededor de mi cintura y al final de la falda.
Al terminar con la ropa pasamos al cabello. Fue muy sencillo el peinado, solo peinaron mi lacio y largo cabello, los dos mechones de enfrente los juntaron atrás con trenzas, pusieron una sencilla y pequeña tiara de oro.
— Lista. ¿Prepararon las cosas para el viaje?
Asintieron y apuntaron a un pequeño maletín con comida recién hecha y cartas para jugar las largas horas de viaje.
Cuando estaba por levantarme la puerta se abrió dejando ver a mi padre.
— Es hora de irse Jenny, te esperan.
Asentí y me levanté para ir hacia el carruaje.
***
Me bajé del carruaje con la ayuda del conductor. Y al salir me alegré al ver mi recibimiento, estaban Lavander y sus damas esperándome en el jardín.
Cuando me acerque me deje descansar en sus brazos cálidos que me brindaron un cómodo calor.
— Oh, mi amada Liv, te he echado de menos. — le susurré al oído
— Y yo a ti mi preciada Jeyi. — Me susurró separándome de ella.
Cuando se alejó pude detallarla más. Vestía con un hermoso vestido amarillo con estampado floral de tan solo un tono más oscuro, su escote recto y sus guantes blancos largos de seda que cubrían sus brazos por su manga de farol. Su rubia y no tan corta cabellera estaba adornada por una corona de margaritas naturales.
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kalopsia. (borrador)
Historical FictionLas relaciones siempre son difíciles en cualquier contexto, pero ¿que pasaría si fueras una joven princesa que se casa con quien le promete que será el amor de su vida? Y peor aún, ¿Qué harías si esta persona no fuera para nada como se te prometió? ...