Mi nombre es Emily, y ésta es la historia de como mi madre me guió hasta mi final...
2 años atrás.
Septiembre 2019.En diciembre se cumplirán 3 años desde que concluí mi carrera, no había logrado hacer mis prácticas profesionales en ninguna empresa por lo que termine haciéndolas en la Universidad. Lo que terminó por sepultar mis oportunidades de tener experiencia en el mundo laboral.
He estado apoyando en casa mediante trabajos de medio tiempo, o como cajera en algunos locales. Sigo teniendo los mismos empleos que cuando aún era estudiante, lo cuál es muy frustrante.
Y no sólo basta con lo que yo piense sobre mí con respecto a ésta situación, debo soportar a mis padres juzgandome por no conseguir empleo sobre los que estudié. Y sin contar el resto de la familia, es demasiado fastidio lidiar con las opiniones de todos.
De verdad me esfuerzo buscando, he ido a demasiadas entrevistas y todas tienen las mismas respuestas, "necesitas experiencia" "sólo buscamos estudiantes de tal universidad" "buscamos solo hombres" "nosotros te llamamos".
Cuando pienso que todo marcha bien simplemente mis esperanzas por ejercer mi carrera se hacen pedazos, y la peor parte es volver a casa y dar las malas noticias. Los días siguientes esperando la llamada para saber si quedaste o no, y que todos los días te pregunten si ya te llamaron.
Así ha sido todo este tiempo, hay noches en las que no consigo dormir lo suficiente, otras lloró de impotencia mirando el techo y preguntándome, ¿Qué fue lo que hice mal? Me he esforzado demasiado, era buena estudiante, calificaciones de excelencia.
Siempre fui muy aplicada, obediente, me la pasaba estudiando. Todos dicen que si haces eso te espera una vida de triunfos, pero la realidad es otra. De lo único que mi vida está llena es de ansiedad y depresión.
La realidad del mundo laboral es tener contactos en las empresas, o mejor dicho tus padres. Sólo así tendrás un buen empleo con facilidad, pero a pesar de todo trato de animarme. Sé que tarde o temprano tendré mi oportunidad y mis padres por fin estarán orgullosos de mí.
Mi mejor amiga es un ángel, ha sido mi fiel compañera durante estos años, ambas hemos pasado por situaciones similares, la admiro mucho. A pesar no haber ejercido tiene su propio negocio de repostería. Tiene mucho talento.
Ella es mi lugar seguro cuando todo en mi casa va mal, me basta con ir a visitarla, y todo duele menos. No sé que haría sin ella.
Por otra parte tengo una hermana, es menor que yo por dos años. Ella está casada, mi cuñado es un completo idiota con complejo de niño rico. Amo a mi hermana pero odio que lo defienda cuando habla mal de nosotros, aún cuando viven con nosotros, junto a mis dos sobrinas pequeñas.
Ellos también influyen en los problemas de la casa, gracias a mi cuñado y a qué yo hice un comentario recibí un pellizco de mi madre. Podría parecer poco pero el pellizco no fue lo que me dolió sino el hecho de que lo hiciera ella.
Para mí madre soy una mala hija, bueno eso es entre nosotras porque frente a los demás si presume en que la apoyó, ojalá siempre fuera así y no solo de puertas para afuera.
También recibí un par de bofetadas, mi madre dice que debo evitar esos comentarios o de eso tomaría ventaja mi cuñado para controlar a mi hermana con la excusa de que la tratamos mal.
Pero si ya lo hace pero nadie quiere verlo, los tiene encantados.
Todos los días reflexionó sobre mi vida mientras vuelvo a casa del trabajo, a veces no me dan ganas de regresar pero no tengo opción, debo ser más fuerte y soportar tengo que seguir ahorrando para poder buscar una casa o departamento pequeño para mí.
Mi mejor amiga y yo lo hemos planeado, rentar entre las dos sería más sencillo, ella ya junto su parte, yo he tardado más debido a que ayudo con los gastos en casa y si hace falta algo también lo compro yo.
Dicen que para ser feliz debes romantizar las cosas sencillas de la vida. Y lo que más me gusta es cuando voy en el camión, con los audífonos puestos escuchando mi música favorita. Es de las cosas que más disfruto, es como si fuera la protagonista de una película y ver por la ventana con una canción de fondo.
Y de nuevo vuelvo a animarme, hasta que llegó a mi casa.
Cuando entró mi madre me mira mal al igual que mi hermana.
— ¿Hola? ¿Qué pasa? -las miró confundida-.
Mi madre se acerca y me abofetea.
— ¡¿Porqué me pegas?! -pregunto con lágrimas en los ojos-.
— ¡Eres una cínica!
Me sujeta del cabello y me acerca a la mesa del comedor, ahí estaba el bote donde guardaba mis ahorros abierto, los volantes de los departamentos y las casas en renta junto con el dinero esparcido en la mesa.
— ¿Porqué sacaron mi dinero de mi cuarto?
Mi madre se molesta y pega mi rostro contra la mesa, el golpe provocó que algunas monedas cayeran al piso y el florero de la mesa me mojara la cabeza.
— ¡¿De dónde sacaste ese dinero?!
— ¡Son mis ahorros! -dije tratando de no sollozar, trataba de aflojar su agarre pero mi hermana me sujeto de las manos- me están lastimando... -termine llorando-.
— Ay, por favor, no querías hacerte la víctima, mira cuánto dinero tienes. ¡¿Sabes cuánto hemos estado batallando tu padre y yo?! Eres una egoísta.
— Pero yo siempre los ayudo mamá... Cada semana te doy dinero de mi sueldo y compro despensa de lo que me queda cuando se necesita...
— ¡Con lo que me das no me alcanza! ¡Es una miseria!
Ese último comentario termino por molestarme y me levante de golpe alejándolas cómo pude.
— Alcanzaría si mi hermana y su esposo dieran algo para los gastos, no dan nada y todavía se acaban todo. Y ni hablar de que mi papá es quién le compra los pañales y la leche la mayoría de las veces a las niñas.
Mi hermana me abofeteo.
— Ese no es tu problema, además mira todo ese dinero -Lo señalo-, sólo lo quieres para gastarlo en tus estúpidos tintes de colores y tus playeras negras, ¿Cuándo serás normal?
— ¡Al menos yo trabajo y ayudo en la casa! -grite, me acerque porque quería regresarle la bofetada pero mi madre me detuvo la mano-.
— ¿Quién te crees para hablarnos así y levantarnos la voz? ¿Acaso te crees mejor que nosotros? ¡Claro! Cómo la señorita es "ingeniera" -dijo haciendo comillas- se cree superior a los demás. Métetelo en la cabeza Emily -dijo pegándome con su dedo en la cabeza-. No eres más que una fracasada que no pudo cumplir con sus obligaciones. No eres nadie, no sabes lo vergonzoso que es para nosotros decir que aún no has conseguido empleo.
— ¿Crees que no he buscado? Mamá ya he tratado y no me dan oportunidad...
— Pues no te has esforzado lo suficiente, y para que de una vez te hagas a la idea. Tú de esta casa no te vas, tienes que apoyar con los gastos y regresarnos cada peso que malgastamos en ti para que estudiaras, ¿Entendiste?
— Pero no hice nada malo, sólo quería independizarme....
— Lo que querías era alejarte de nosotros para tener una vida llena de libertinaje, y estás pendeja si crees que lo voy a permitir, el dinero que encontró tu hermana me lo voy a quedar como parte de lo que nos debes, lo tomaré como intereses, así que más te vale juntar más.
— Son mis ahorros de los últimos tres años mamá... por favor los necesito.
— ¿Sólo esto conseguiste en tres años? -dijo casi en burla-. Ni para eso sirves, más te vale buscar otro trabajo.
Sólo asentí mientras veía como mi mamá y mi hermana contaban el dinero. ¿Porqué no lo escondí mejor? ¿Porqué no le puse llave a mi cuarto?
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Bye Mamá...
Teen Fiction- Mamá, viniste... -Dijo sonriendo débilmente mientras su madre la sostenía en brazos como cuando era pequeña- eres tan cálida... -Susurro con su último aliento-. Su madre negaba una y otra vez, mientras gritaba de dolor hasta desgarrar su garganta...