Tuve que darme un baño, y con la excusa de ir a buscar otro trabajo me lleve mi mochila con un cambio de ropa para quedarme en casa de mi mejor amiga, no me apetecía estar más aquí.
Ni siquiera pude llegar y relajarme un poco para comer, por lo visto no me habían dejado nada, ya vería que me compraría en el camino.
Fui caminando hasta la plaza comercial más cercana, pero todos los empleos eran de tiempo completo y pagaban menos que en mi trabajo actual. Caminé un rato hasta llegar a otra ciudad, revise mi dinero y por suerte podía tomar un camión hacia el centro e ir a casa de mi mejor amiga.
Los pies me punzaban y se me habían hecho algunas ampollas. Tuve suerte en qué el camión no tardó mucho en llegar, tome asiento y me coloque mis audífonos. Mi estómago dolía por el hambre, había un vendedor ambulante por lo que busque en el fondo de mi mochila y encontré un par de monedas extras. Me sentí tan feliz cuando me compré una barra de chocolate.
Era el chocolate más delicioso que había probado, el sabor era tan intenso y ayudaba a quitar mi temblor de manos. Por alguna razón comencé a llorar mientras lo comía, ¿Porqué estoy llorando? Se supone que el chocolate te hace sentir mejor siempre.
Una vez que terminé de comerlo seque mis lágrimas, me acomodé en el asiento y me dormí el resto del viaje. Quería perderme en la música.
Abría los ojos en algunos momentos para no pasarme, me desperté justo a tiempo por lo que me levanté con rapidez y camine hacia la salida para luego bajar. Llamé a mi amiga y estaba en su local, caminé hasta ahí y me dejó pasar.
Llegué justo antes de que ella y su compañera comieran por lo que me ofrecieron comida. Era una mesa muy pequeña dónde ellas comían del tamaño justo para dos personas, pero su compañera no tuvo problema por cederme su lugar y se sentó a un lado de nosotras.
Me sentía muy cómoda aquí, hace tiempo que no comía tan tranquila, era la mejor comida que podías probar. Ellas eran muy buenas cocinando, quizá podría aprender para prepararlo en casa. Esto de seguro le gustaría a mi mamá.
Cuando fue la hora de cerrar y se fue su compañera le conté lo ocurrido, ella fue muy comprensiva y claramente se molestó.
— ¿Por qué dejas que te traten así?
Sonreí algo nerviosa.
— No es como si pudiera hacer algo realmente... Quizás exagere un poco las cosas y...-me costaba seguir hablando-.
— Desahógate, hazlo.
Rompí en llanto y ella me abrazó acariciando mi espalda.
— No es justo Ale... Me costó mucho ahorrar ese dinero, y ahora debo volver a ahorrarlo... Nunca podré irme de mi casa a este paso...
— Lo sé... Me gustaría poder ayudarte, pero últimamente no hay muchos clientes, apenas y nos alcanza.
— Debo buscarme otro trabajo, dónde me paguen más....
Se separó de mi tomándome por los hombros.
— Hagamos una cosa, hoy vas a olvidar todo lo malo que te ocurrió, ¿Okey? Iremos a distraernos un rato.
— Pero no tengo dinero...
— Tú no te preocupes por nada -limpio mis lágrimas - yo invito, y ya cuando encuentres un buen trabajo invitarás tu.
— No lo sé Ale...no me siento de muchos ánimos...
— La idea es que los mejores, y no aceptaré un no por respuesta, iremos a mi casa, nos arreglaremos y saldremos.
Asentí sonriendo un poco, no podía negarle nada, siempre estaba apoyándome y levantándome el ánimo.
Caminamos hasta su casa y al llegar saludé a su mamá luego subimos directo a su habitación. Saqué la ropa que llevaba en mi mochila y Ale la vio con desaprobación.
— Definitivamente no puedes ponerte eso para salir, deja te busco algo -abrio su closet-.
— ¿Qué tiene de malo? Siempre me visto así.
— Y está bien, pero hoy debes arreglarte un poquito más de lo normal. Te llevaré a un bar con grupo en vivo que me recomendó un chico en Tinder.
— ¿Sigues usando Tinder? Creí que habías dicho que lo eliminarias.
— Y lo hice, solo que a ese chico me pidió mi número antes de hacerlo.
— Yo sólo he usado Tinder cuando me aburro, pero luego me aburre después -rei-.
— Me paso lo mismo, ten -me dió una falda con estampado de pequeñas flores blancas con fondo rojo, era larga unos cuatro dedos debajo de la rodilla con abertura por la pierna derecha, una blusa negra, tipo croptop-.
— No va a quedarme, estoy gorda Ale.
— No pienses eso, ya te he dicho que no escuches lo que te diga tu madre o los demás, si tienes tus kilitos de más pero no estás gorda, te lucirá muy bien, y más por las botas que traes.
— Puedo usar la blusa pero la falda no estaría cómoda.
— Emily.... Sabes que no acepto un No por respuesta, además será sólo por hoy, y ya cuando lleguemos ya habrá todo oscuro, por favor.
— Está bien, pero llevaré unos Leggins por si no me siento cómoda para cambiarme.
— Lo que digas, ya con que te la pongas para ir será ganancia.
Fui al baño a cambiarme para que Ale también lo hiciera. Me sentía algo ansiosa, nunca me había vestido así, pero Ale tenía razón solo sería hoy y noe hacia mal probar algo nuevo.
Nos maquillamos y peinamos, Ale se había puesto un shorts de mezclilla con unas medias de red, sus botas y una blusa sin mangas. Siempre me gustaba como se vestía y la confianza que emanaba.
Ale insistió en pedir un taxi ya que ya había anochecido y podía ser peligroso ir al bar caminando. Por suerte el taxi no tardó en llegar y nos fuimos.
Me gustaba como se veía el centro de la ciudad iluminado en la noche, era como si viajaras entre estrellas. Daba una gran sensación de paz
Al llegar el lugar estaba iluminado solo por luces de colores y el escenario en especial resaltaba. El bar era enorme, y la música increíble. La banda que tocaba rock era muy aclamada, sobre todo la vocalista.
Ella era muy hermosa, y tenía una voz que te atraía al instante. Ale me tomo de la mano para acercarnos al escenario y ver al grupo de cerca. Al parecer el chico de Tinder que le había hablado de este lugar era el baterista de la banda.
Estuvimos casi enfrente de la banda, ¿En qué momento recorrimos todo tan rápido? No podía quitar la mirada de la vocalista, no sé si había sido mi imaginación pero por un momento sentía como si hubiera volteado en mi dirección.
¿Era normal sentirme así? Debía ser la emoción por verlos de cerca, o por el lugar. Sentía mi corazón agitado.
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Bye Mamá...
Teen Fiction- Mamá, viniste... -Dijo sonriendo débilmente mientras su madre la sostenía en brazos como cuando era pequeña- eres tan cálida... -Susurro con su último aliento-. Su madre negaba una y otra vez, mientras gritaba de dolor hasta desgarrar su garganta...