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Una chica rubia buscaba sus últimos accesorios para guardarlos en su maleta y desalojar el departamento en el que se encontraba, al guardar los aretes que alguna vez fueron de su madre cerro la maleta y salió para encontrarse con una señora joven a la cual le entregó las llaves.

—¿Segura que te vas a ir?—Preguntó preocupada la señora azabache.

—Más que segura Hanae-nesan, no quiero casarme con Okinawa Furui y el es muy obstinado, idiota, feo, pervertido, trata mal a todos y no sabe respetar el espacio personal, lo lamento por su próximo objetivo pero me niego rotundamente a estar con él—habló la rubia con asco en su voz, es sus ojos ámbar se reflejaba el desagrado que le daba aquel hombre.

—Está bien, entonces espero que tengas suerte a donde quiera que vayas Suki-chan, ten esto es para ti y espero que no te olvides de mi... y de los demás, pero ellos no importan tanto como yo—la de ojos oliva le dio una bolsa de papel mientras ambas reían.

Ambas se acercaron a un cochero quien ayudó a meter las maletas al maletero y las dos féminas se despidieron soltando algunas lágrimas, ellas se habían criado juntas, la azabache era tres años mayor que la rubia por lo que siempre se habían tratado como hermanas, la más grande ya se había casado no hace mucho pero el destino aveces puede ser malo y ahora su hermana del alma tenía que partir y comenzar de cero, un nuevo capítulo para la menor.

La de ojos ámbar llegó a su destino la cual era una carabana que la llevaría a otra ciudad junto a más personas, algunos hombres vinieron a ayudarla con sus maletas y un par de mujeres la llevaron a la carreta en donde se quedaría con otras cuatro mujeres por el resto del viaje.

A la chica le dio curiosidad que los ninjas que los escoltaban a todos eran prácticamente niños de 12 o 13 años y había 1 hombre adulto, Suki sabía que estaban en guerra pero no pensaba que fuera tan seria como para poner a niños haciendo de escolta, puesto que en la carabana no solo había gente de clase media, si no que también habían dos o tres personas de clase alta y medianamente importante en un coche muy elegante y algo enjoyado.

Como había comenzado el viaje no podía arrepentirse pero igual no lo hacía, se hizo amiga de dos de las cuatro chicas que habían con ella, la primera era una castaña de baja estatura ojos turquesa llamada Miyano Aoi, la segunda era pelirroja de ojos naranja y ojerosa de nombre Terano Yuna, no se habían hecho amigas al instante pero con el paso de los días se acercaron más y se terminaron llevando bien, al tener aproximadamente la misma edad se les hizo más fácil entenderse entre sí.

Paso una semana tranquila en el viaje desde la ciudad del Fuego hasta konohagakure no sato, todos comenzaron a salir de las carretas y formar e en una fila en la entrá de la aldea, las tres chicas pasaron por la puerta y mostraron sus papeles para poder pasar, prometieron volverse encontrar y se separaron, lo primero que hizo Suki fue buscar un lugar para quedarse, busco por varios lugares hasta que encontró un complejo de apartamentos cerca de un clan, pagó por el primer mes y comenzó a desempacar, el departamento no era grande pero tampoco muy pequeño, una habitación, un baño y una cocina conectada al comedor y la sala de estar, con lo que le quedaba de dinero fue a comprar a una tienda que estaba en la esquina de la cuadra, volvio a su departamento para guardar las cosas y se metió al baño para tomar una ducha que no había podido tener antes, lleno la tina y se metió en ella relajando su cuerpo, al terminar se puso un pijama y se tiro en la cama para caer rendida.

Solo una civil  			|| Naruto ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora