Una Chispa, Un fuego

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Izuku llegó al departamento de Mocchi y cerró la puerta de golpe. Llegando hasta su cuarto donde comenzó a tirar todo al suelo.

– ¡Maldición, maldición! - tiró sus libros, sus laptop, todo lo arrojó al suelo con violencia - ¡Mierda!

Incluso tiró aquel retrato que tenía en su mesa. El cual se quebró al caer al suelo.

– ¿Por qué?... ¡Maldita sea ¿Por qué?! - golpeó su escritorio, partiendo el mueble en dos - ¡¿Por qué carajos tenían que ser héroes?!

Izuku lo sabía, sabía que odiaba la profesión de héroe.

Lo hizo desde aquel día...

Aquel día en el que su padre se sacrificó por él.

Aún lo recuerda y...

– los odio... ¡Los aborrezco! - quería destruir todo con sus poderes. Levantando sus manos lentamente hasta la altura del pecho y...

"Ya no eres un niño"

La voz de su madre resonó en su mente.

"Debes superarlo"

Impotente, cerró sus manos antes de bajarlas para ver su habitación destrozada. Solo para que las lágrimas salgan de sus ojos y se abrace a sí mismo para caer de rodillas. Llorando por aquel momento para sentir el dolor con el que cargaba. Ese que ignoró durante cinco años.

Gritando fuertemente, se desahogó en medio de aquel desastre. La frustración de no poder hacer nada, de no tener la situación bajo control o siquiera a quienes amas a salvo.

Ese sentimiento de dolor Izuku lo convirtió en miedo y ese miedo en odio y ese odio lo llevó a este punto, el punto del sufrimiento. Izuku se sentía solo, ignorado y hasta marginado. Podía tener un poder muy fuerte y poderoso, y sin embargo desearía poder cambiar aquel poder por verlo a él... tan solo por un momento...

Estaba perdido, solo y sin rumbo.

– papá... - susurró entre llanto y lágrimas - ¿Qué hago?...

Izuku solo pudo estar ahí, solo en medio de su dolor sin saber que hacer o cómo actuar.

Su madre trató de ayudarlo, y él sólo le escupió en la cara...

Se sentía despreciable e inmundo. Cómo si fuera una sabandija y quizás lo fuese en el restaurante.

Pero lo hecho, hecho está

Y sabe que remediarlo será bastante difícil...

Pero...

– ¿Por qué? - se repitió - ¿Por qué no fui yo... el que murió ahí?

XXX

Inko se encontraba en una sala privada de un bar, con alguien frente a ella.

Habían pasado un par de horas desde lo que pasó en el restaurante. Anko se había ido a casa para pensar sobre lo que pasó, aunque no cree que ella la perdone tampoco. No tras ver cómo le dio una bofetada a Izuku.

– no sé qué hacer y, sinceramente... no sé si ir a casa... - dijo Inko sentada. Con la frente apoyada sobre sus manos entrelazadas, con los codos sobre la mesa frente a un vaso con whisky en las rocas y una actitud de derrota absoluta. - realmente soy una terrible madre... y un asco de persona...

– normalmente te diría que estás equivocada, Midoriya-kun - la voz de la persona ante ella llamó a la mujer por su apellido de casada - ¿O debería llamarte Magnetic-san?

My Hero Academy: Fire StormDonde viven las historias. Descúbrelo ahora