𝔻𝕚𝕖𝕔𝕚𝕤𝕚𝕖𝕥𝕖 「❀」

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Los primeros años de un cachorrito son fundamentales para su desarrollo físico, emocional y psicológico. Durante estos primeros meses, los cambios que experimentará son espectaculares y resultaba muy emocionante para los padres presenciar estas etapas. Aunque todavía es muy pequeño, en estos primeros meses de vida comienza a forjarse su personalidad, empieza a desarrollarse su inteligencia y aparecen las primeras bases de su comportamiento, lo cual resultaba ser muy importante y mucho de esto dependía de la crianza que fuera dada.

Amity y Luz daban lo mejor de sí para educar a Azura de la mejor manera, que creciera siendo una niña feliz y bien portada, pero eso era algo que todavía no podían implementar, así que mientras tanto se ocupaban de enseñarle las cosas de acorde a su edad, y es por eso que cuando la pequeña Blight aprendía una cosa nueva sus progenitores no cabían de la emoción, y pues como toda madre les encantaba presumirlo.

La omega vio una gran oportunidad cuando su buena amiga fue a visitarla, llevando a su pequeña bebé de dos meses consigo, entonces era la ocasión perfecta para mostrarle lo que su pequeña había aprendido recientemente.

- Bebé, dale un besito a mami - la omega hizo un puchero que buscaba ser adorable, hablándole directamente a la cachorra que estaba sentada en sus piernas, se inclinó un poco para acercar su cara a la de la pequeña.

Azura la miro un rato, soltando risitas por lo graciosa que le parecia la mueca de su madre, pero como buena bebé hizo caso, dejando un baboso pero tierno beso sobre la nariz de su progenitora, no podía dejarla en ridículo en frente de la otra omega y su bebé.

"tienes una mancha en tu nariz, mami"

- ¡Oh que tierna!- Viney, quien veía a Luz limpiar la baba dejada en su nariz, se notaba enternecida por la acción de la cachorra.

"si, si, como sea"

Ese era el tipo de reacciones que a Luz le gustaba recibir sobre su cachorra así que orgullosa le regalo una sonrisa a la contraria, ya le llegaría el momento de presumir sobre su bebé, pero por ahora ambas eran la estrella del momento.

Azura no entendía porque su tía la miraba de esa forma, pero poco le importaba, era más interesante para ella mirar al bultito en sus brazos, si antes le parecía raro ahora más, es que habían estado allí por un rato y ese bebé casi no se había movido lo cual le traía mucha curiosidad a su pequeña y precoz mentecita, ¿será que siempre esta durmiendo?

- Dile que me de uno a mi - pidió la otra omega, con ojos brillosos, empalagada por la ternura de la bebé gruñona.

- A ver, dame a Valeria para que puedas cargarla - dijo Luz, extendiendo sus brazos para tomar a la otra cachorra, en cuanto Viney tomaba a una enfurruñada Azura de las piernas de su madre.

"¿es en serio? ¿me estas cambiando por la bebé que no hace nada?"

Para expresar su rabia comenzó a patalear, dejando claro que la idea no le hacía gracia, Viney intentaba contenerla, no se daría por vencida, no entendía porque Azura la odiaba así que quería cambiar eso, demostrándole a la bebé que podía ser una buena tía.

- Azu no seas asi- regaño su madre aunque aún manteniendo la voz dulce que utilizaba para hablarle - Dale un besito a tía Viney.

"¡No quiero! ¡Viney no me gusta!"

Sus pequeñas patadas continuaban, resaltando la incomodidad de estar lejos de los brazos de su mami, pero en ese momento Viney la acercó hacia su pecho de forma repentina, comenzando a sisear muy bajito, el sonido resultaba bastante relajante y los bebés no eran susceptibles a este, por supuesto Azura no era la excepción dejando de patalear a los pocos segundos, esto conjunto a las feromonas maternales que había adquirido luego del parto lograron calmar a la pequeña mimada que por primera vez en sus meses de vida, se dejó hacer por Viney, casi ronroneando del gusto.

"¿que? ¿porque hueles a mami?"

Luz miraba sorprendida a su bebé, estaba realmente tranquila recostada en él pecho de Viney, pero notablemente confundida, pasando sus naricita al rededor y olfateandola.

- Vaya, has aprendido bastante en solo dos meses - felicito la menor sonriendole con empatia, orgullosa de su amiga, definitivamente sería una buena mamá.

Viney asintió con orgullo, tomando una de las manitas de Azura para dejar pequeñas caricias en ellas.

- Pero creo que Valeria tiene hambre - señaló divertida Luz, la pequeña cachorra se removia en su pecho buscando desesperadamente alimentarse.

Una escena que a Azura no le gustó, sacándola inmediatamente de su mundo de paz.

"¡¿Qué está haciendo esa cosa horrorosa?! ¡esa es mi leche! ¡mía!"

La bebé se mostró nuevamente indignada, ¿quién se creía Valeria? Mostraba una fachada de bebé tranquila que no rompe ni un plato pero en la primera oportunidad intenta robarle su leche, no se podía confiar en nadie más. Molesta comenzó su lucha de balbuceos que pretendían ser reclamos y pataletas en búsqueda de volver a los brazos de su mamá.

- Ma... ma - balbuceo al borde del llanto.

- Oh, creo que se puso un poco celosa - comentó Viney con gracia, no tenía ni siquiera el tamaño para las acciones que realizaba.

Luz asintió, tomando con cuidado a la bebé hambrienta para devolverla a los brazos de Viney, necesitaba tomar nuevamente a su pequeño terremoto, porque así como aprendía cosas buenas, también adquiría hábitos poco agradables, como morder por ejemplo, y tenía algo de miedo que alguien resultara herido, la otra vez tuvo que tomar a su cachorra con rapidez, el instinto materno de Viney estaba muy a flor de piel y quien sabe como podía reaccionar ante el llanto de su bebé, mucho menos al causante de ducho llanto.

"Mi mami, mi leche"

𝐁𝐚𝐛𝐲 𝐭𝐡𝐨𝐮𝐠𝐡𝐭𝐬 || Lumity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora