Cinco

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Las tres chicas intentaron ocultar la enfermedad de las demás, cuando Miyeon y Minnie notaban los ataques de tos de Soyeon inmediatamente inventaban algo o hacían que la atención se fuera hacia ellas, así la líder podía aguantar los pétalos sin la presión de que alguien la viera.

Todo parecía ir bien, pasaron dos semanas sin que los síntomas empeoraran, hasta que Soyeon recibió la noticia que la llevaría a la tumba y acabaría con todo.

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Yuqi les había pedido que se reunieran para cenar en los dormitorios ya que tenía algo muy importante que decirles, Soyeon no tenía muchas ganas de estar ahí pues se sentía mareada y le dolía la cabeza, sin embargo como líder debía escuchar a las demás.

Yuqi también les pidió que se vistieran lo mejor posible ya que alguien iría, eso se le hizo extraño a todas pues nunca había pasado algo parecido, aunque de todas formas no se negaron. Pocas veces la china les pedía algo así.

Soyeon tenía pocas fuerzas, no había comido nada en dos días pues su estómago no recibía nada, la cabeza la mataba y el estrés por su horario tampoco ayudaba, aún con todo esto se puso una ropa elegante y se maquilló un poco, intentando ocultar su piel pálida.

Se observó al espejo solo para notar lo demacrada y cansada que se veía, incluso pareciera que sus mejillas estaban desapareciendo. Suspiró cuando sintió la muy familiar sensación de llanto queriendo inundarla, sin embargo se tranquilizó pues no quería fallarle a la hermosa chica que esperaba en el comedor.

Soyeon sintió los pétalos en su pecho cuando se perdió en sus pensamientos mientras pensaba en lo hermosa que era Yuqi. Todo en ella era perfecto, desde sus hermosos ojos hasta sus lindos labios y mejillas rosadas, su cabello ondulado ahora castaño tenía un brillo especial que le daba un toque más lindo y Soyeon no lo admitirá públicamente pero la chica además de ser linda también era muy sexy.

La coreana volvió a imaginar cómo muchas otras veces aquellos sueños donde tomaba su tersa mano y besaba sus perfectos labios, también recordó esos sueños donde la tomaba por la cintura mientras le susurraba en el oído lo mucho que la amaba.

Inevitablemente llevó una mano a su pecho, sintiendo los latidos de su corazón enamorado, y por un momento creyó que podía ser verdad, en ese pequeño y minúsculo momento la sensación de los pétalos desapareció por completo gracias a la esperanza viva que aún mantenía.

Las probabilidades eran nulas, pero algo dentro de sí la hacía creer en la posibilidad de una relación con la chica más imposible en la Tierra. Suspiró una vez más cuando recordó esos ojos dulces que solo la veían así cuando una cámara las apuntaba, esa mirada era completamente diferente a la que recibía detrás de escenas o en la vida diaria.

La mirada de Yuqi hacia ella normalmente era desinteresada e incluso aburrida, algunas veces fastidiada o fría, todo dependía de su estado de ánimo, aunque igualmente para Soyeon era hermosa, porque todo en Song Yuqi era perfecto, absolutamente todo y Soyeon podía aguantar unos desplantes así o comentarios fastidiados si después podía volver a observar a esa chica risueña que le llamaba Jelly y juraba tenerle respeto.

Podía aguantar los ataques por la enfermedad, los síntomas, la desnutrición, todo por ver una sonrisa de la chica, Soyeon sabía que moriría pronto pero quería morir viendo una sonrisa en los labios del amor de su vida. Oh Soyeon... lo que deseamos pocas veces se vuelve realidad.

Un toque en la puerta la sacó de su nube de fantasía, abrió la puerta y se encontró con Shuhua -Unnie la estamos esperando ¿está todo bien? - preguntó la taiwanesa con preocupación, Soyeon le sonrió -Sí Shu, solo estaba terminando de arreglar algo - habló con el tono de voz de antes, el tono que la caracterizaba antes de sufrir esa horrible enfermedad.

Hanahaki // Yuyeon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora