Corre el año 2005 en Shibuya, Tokio. A falta de un par de meses para Navidad, Baji se une a Valhalla con el objetivo de desenmascarar a Kisaki.
Durante la noche de Halloween, no obstante, un revés en el curso de los acontecimientos pone sus planes d...
NdA: ¡ya estoy por aquí! El viernes por la noche volví de viaje y el jueves me reincorporaré al trabajo, así que entremedias tocaba actualizar c:
Hoy empezaremos con un flashback para obtener un poco más de background y luego retomaremos nuestra programación habitual. Aviso de que me he levantado con ganas de violencia 'u'
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—Acaba con Chifuyu Matsuno. Hazlo y serás uno de los nuestros, Baji.
Ese había sido el veredicto de Hanma.
Chifuyu recuerda haber entornado los ojos, intentando mantener el tipo. Alarmado ante la superioridad numérica que tendrían que contrarrestar de alguna manera si pretendían salir de ahí con vida. Obligándose a mantener la calma, porque Baji estaba con él.
Recuerda volverse hacia el chico para buscarle la mirada; confiando en que su capitán tenía un plan para sacarlos a ambos de ahí sanos y salvos. En que quizá hubiese pedido refuerzos a la primera división de antemano, previendo que podían tenderles una emboscada como esa, y no se lo había dicho en aras de conservar el factor sorpresa. A fin de cuentas, Baji era conocido por su tendencia a incorporar el factor sorpresa en sus estrategias.
Se suponía que iban a intentar llegar a un acuerdo, o eso había dado por hecho cuando Baji le había pedido que le acompañase a la sede de Valhalla, aunque previamente hubiera renegado de la Tōkyō Manji frente a Mikey. Tampoco descartaba que Baji estuviera pensando en infiltrarse y necesitase a alguien que atestiguara el cambio de bando. Daba igual. Chifuyu no había necesitado explicaciones para seguirlo. Baji llevaba un par de días un poco esquivo, como si algo le preocupara. Que confiase lo bastante en Chifuyu como para adentrarse con él en la base del enemigo le había hecho sentir pletórico; deseoso de poner en práctica todo lo que había aprendido bajo su capitanía. De comportarse como el vicecapitán que Baji siempre le exigía que fuese.
¿Baji-san?
Recuerda haber tragado saliva en cuanto Baji había permanecido con la vista fija en un punto cercano a la oreja derecha de Hanma.
Qué está pasando.
Recuerda haber comprendido la que se le venía encima. Los dedos habían comenzado a hormiguearle y había notado un peso helado hundiéndose en su estómago. Teniendo el desagradable presentimiento de que todas aquellas personas disponían de una pieza de información que él no tenía.
—¿Darle una paliza a este? Tienes que estar de broma —había protestado Baji, arrastrando las palabras. Evitando mirar a Chifuyu—. Te morirías del aburrimiento. El chaval sabe pelear, pero no me da ni para empezar.
Aquello era cierto. El estilo de combate de Chifuyu había mejorado de manera considerable desde que se había unido a la pandilla, pero Baji no se había quedado atrás. No podría con él aunque se emplease a fondo.
Pese a que era un hecho incontestable, el desprecio sutil en el que Baji había imbuido sus palabras estaba bastante logrado. Tanto, que algo se le había estremecido dentro del pecho al escucharlo.
