—¿Pero por qué tanta insistencia? Que no te va a pasar nada por ir sola, estoy ocupada mi vida, no es que no quiera. — Dijo empezando a cansarse por la insistencia de la pelinegra.
—¿Y si me secuestran? ¿Qué es lo que tienes que hacer? ¿Es más importante que evitar el secuestro de tu propia mejor amiga?
—Deje la guevonada Omaima. —Respondió con acento colombiano en su idioma natal. —No te puede secuestrar porque te ha dicho donde os encontraréis desde su cuenta oficial, obviamente eso no le conviene, y no me vengas diciendo que es porque se va a crear un ambiente incómodo porque seguro que al toque se están riendo de sus baboseadas de nenitos enamorados y si voy me quedo de sujetavelas. Nena, te lo juro que te acompañaría si no fuera porque hoy, justo hoy ando ocupada y además va a ser con ÉL con quien te vas a encontrar, no joda.
Después de unos segundos de ambas mirándose fijamente, Omaima al saber que no la iba a convencer, desvió la mirada. —No me hables así que lloro. —Contestó entre risas.
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