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- Es raro que llegues tarde- Me dijo Jennie extrañada una vez llegué a la biblioteca.

Sí, para mí también lo era.
Hoy mi día no era el mejor en su totalidad. Todo empezó en la
mañana, cuando creí haber conectado el teléfono para que
cargara pero no fue así. Debido a eso mi teléfono se descargó, mi
alarma no sonó y llegué tarde a mi clase.

Después noté que al salir apurada por haberme dormido había olvidado un informe y tuve que devolverme a casa para buscarlo y entregarlo. Razón por la cual llegué tarde a mi turno en la biblioteca.

Si un camión me pasara por encima sería un regalo del cielo.

- Bueno, hoy no fue mi día-Suspiré sentándome de forma pesada en la silla frente a la computadora.

- Está tu amiga sentada por ahí- Me dijo Jennie levantando sus cejas de forma coqueta.

- ¿Quién?

- La coneja sensual.

- Se llama Jisoo- La regañé.- ¿Le hablaste?

Asintió con fuerza.

- Tu amiga es bastante sexy y eso, pero muy timida. La imagen
que tenía de ella siendo la top se me cayó totalmente- Dramatizó.- Pero es adorable, eso hace que me guste más- Dijo con simpleza.

- Oh ¿No es solo un ligue?

Usualmente Jennie coqueteaba por diversión. No me malinterpreten, no es que coquetee con cada chica en la tierra, solo que entre amistades es bastante juguetona y eso es confundible con mujeriega.

- Nope. Cuando hablamos fue agradable y sus temas de conversación son agradables. Es totalmente mi tipo.

Debo admitir que pensar en Jennie y Jisoo siendo novias era lindo.

Ambas tenían personalidades algo distintas pero que congeniaban bastante. Con ese pensamiento caminé hacia donde Jennie me dijo que se encontraba Jisoo. Me asomé por detrás de un librero y la vi durmiendo sobre sus libros con un lápiz en su mano. No pude evitar sonreir, si no fuera porque la conozco de toda mi vida sería mi crush. Pero nunca aceptaré en mi vida a alguien que hace globos de saliva cuando está aburrida.

Es asqueroso.

Me acerque a ella y moví su cuerpo levemente para que despertara, no podía gritarle porque estábamos en una biblioteca y si lo hiciera sería antinatural de mi parte porque podría decirse que trabajo aquí.

- Jichu, despierta- Murmuré. Sin resultados.- Jisoo estás
babeando tus apuntes.

Escuché un quejido y sus ojos se abrieron lentamente. Muy lindo
todo pero yo bromeé con que estaba babeando sus apuntes, no
pensé que habria una gran mancha de baba sobre la hoja donde estaba durmiendo.

- Ah, Lalisa- Murmuró rascandose los ojos.- Woah, de verdad me dormí.

- No es usual que te duermas en la biblioteca ¿Ocurrió algo?

Cuando hice mi pregunta noté su sonrojo y dirigió su mirada al
mostrador, donde Jennie estaba mirando para luego guiñarle el ojo, poniendo más nerviosa a mi amiga.

- Solo... Estuve hablando con Jennie hasta tarde- Murmuró más nerviosa aún.

Mi imaginación empezó a funcionarc y decidí dejar la conversación hasta ahí netamente por mi sanidad mental.

Me despedí de mi amiga para que continuara con su trabajo, no quería interrumpir más y tampoco quería ver sus intercambios con Jennie. Mi vida amorosa mal hecha sufriría más.

Doblé por un pasillo y sentí algo duro bajo mi pie. Bajé mi mirada
y levanté mi pie para ver qué había sido, era un peluche. ¿Por qué habia un muñeco tirado en el piso de la biblioteca?

Levanté el muñeco del piso y miré para todos lados ¿De quién
será? Que yo sepa no vienen niños pequeños como para que se les hubiera perdido. Miré el muñeco en busca de un nombre pero nada.

Era celeste con alas haciendo de brazos, con un cabello rosa largo
hacia arriba. Tenia dos ojitos y su boca una línea con triángulos
simulando los colmillos. Miré la etiqueta y era de los famosos
peluches de Ugly dolls.

No le tomé importancia y volví al escritorio para hacer nada,
porque en este turno no había mucha gente.

- ¿Qué es eso?- Me preguntó Jennie cuando llegué con el muñeco en la mano.

- Un muñeco, estaba tirado en el piso- Dije mientras lo dejaba
cerca de un montón de libros.- Creo que me lo llevaré a casa para que Leo juegue con él.

Me asintió y siguió ordenando el carrito de los libros.

Saqué mi teléfono para revisar mi horario del día siguiente. Revisé mis mensajes, algunos eran de mi madre preguntando por mi y cuando la llamaría. Mis padres se encuentran en Tailandia mientras yo comparto piso con Jungkook, mi primo que tiene mi misma edad y estudia Arquitectura.

De seguro cuando llegue a casa la llamaré por Skype y le preguntaré por papá.

- Disculpa...- Escuché una voz algo tímida.

Levanté la vista y vi a Rosé algo timida junto a una chico alto quien no prestaba atención alguna a la conversación.

Se veia bastante entretenido viendo las pinturas colgadas.

- ¿Qué ocurre?

- Uhm...hay algo que..

- Lalisa ¿Qué hago con esto?- Interrumpió Jennie.

La miré y sostenía el peluche que encontré.

- Ah, ese muñeco- Murmuró.

La miré interrogante.

- Es bastante feo ¿No?- Dije recibiéndolo de las manos de Jennie.

- Lo dejaré en la caja de cosas perdidas.

- Bopa...- La escuché murmurar otra vez.

- ¿Ah?

- Ese muñeco- Apuntó al peluche feo que tenía a mi lado.- Es mío. Se llama Bopa.

Un silencio incómodo se formó entre nosotras cuando detuve mis acciones luego de decirle feo al peluche.

Le dije... Feo a su peluche, muñeco lo que sea.

- ¿Dije peluche feo? Quise decir que es feamente adorable.

Intenté arreglarlo de forma bastante torpe. Estoy segura que
escuché la risilla de Jennie de fondo.

Lo tomé para entregárselo a Rosé, quien lo guardó en su colorida mochila blanca.

- Gracias. Lo uso como adorno en la mochila y su cordel se cortó, me alegro que lo hayas encontrado tú, es muy importante para mí- Sonrió.

Diría algo cliché como que el tiempo se detuvo al ver su adorable sonrisa, pero lo único que se detuvo fueron mis ganas de aguantarme lo gay frente a ella.

- N-No hay problema... Uhm... Supongo que nos vemos pronto.

No puedo evitar ponerme nerviosa luego de haberle dicho que su peluche favorito era feo.

Sonrió y dejó notar su hoyuelo derecho.

- Sí, nos vemos pronto- Dijo antes de irse con aquel chico alto.

Boté el aire que aguanté sin querer y me recosté en la silla.
Escuchaba la risa burlona de Jennie detrás mío y quería enterrarme diez metros bajo tierra.

- Sí que eres una idiota, pero eres adorable- Dijo cuando dejó de reirse.

- Ah, cállate- Me quejé apoyando mi cabeza sobre la mesa.

Rosé, tu peluche y tú son adorables.




¡Gracias por leer!

Don't be a fool, Lisa!→ChaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora