Única parte.

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Hola, soy Jace, un placer.
Hoy tengo el honor de contarles una historia de amor, mí historia de amor, pero con el final...

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Hace una semana comenzaron las clases. Estoy cansado, todas las noches llorar, desgana en todo lo que hago. No he asistido a clases, nadie en mi situación iría.

Hoy se cumple un mes de la muerte de mi madre. Un mes desde que la vi morir en manos de ese hombre, un suceso bastante desagradable, el cual me persigue hasta ahora.

Tengo miedo.

Tengo miedo de lo que las personas puedan hacerme al verme vulnerable.

Tengo miedo de lo que yo pueda hacer conmigo mismo.

Tengo miedo de relacionarme demasiado con las otras personas.

Tengo tanto miedo.

Me levanté de mi cama y me dirigí al baño, me desvestí y me metí a la ducha. Me quedé aproximadamente 10 minutos bajo el chorro de agua, luego me bañé y vestí.

Al bajar vi a mi abuela en la cocina, al percatarse de mi presencia me sonrió.

-Buenos días, cariño. Siéntate que el desayuno está casi listo.

Mi abuela, Jer, no me insiste en ir al colegio. Ella siente la misma pérdida que yo, ella sabe.
A pesar de que no me obliga a ir al colegio, sé que quiere que vaya allí lo antes posible. Quizá porque es mi último año, quizá porque quiere que me distraiga o quizá quiere tiempo para ella misma, llorar sin preocuparse que yo la escuche.

Me siento y ella nos sirve, comemos en silencio, sumergidos en nuestros propios pensamientos.

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Estaba destrozado. Me quería morir y era capaz de hacerlo, por mi propia mano.
Ya nada tenía sentido, estaba ahogándome en mi propia miseria, hasta que apareció él...

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Por fin me decidí a ir al colegio. Ya habían empezado clases desde hace un mes, ya no podía perder más clases. Estaba muy atrasado.

Levantarme temprano siempre ha sido mi martirio, sin embargo, recibo clases en las mañanas.

Eran las 7:00Am y ya estaba en el colegio, faltaban 10 minutos para que comenzaran clases.

Entré al salón y, como era de esperarse, no había nadie allí. Con el paso de los minutos el salón se fue llenando de estudiantes, no muchos. Podría contar menos de 25 alumnos, y sólo 3 de ellos varones (incluyéndome).

Uno de los chicos, estatura baja, cabello y ojos oscuros, me llamó demasiado la atención. Es... ¿atractivo?

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La primera vez que lo vi, ¡oh, Santo cielo! Enserio no sé cómo tardé tanto tiempo en darme cuenta de cuánto me gustaba.
Tardé, pero lo vi. Pero creo que el miedo de que no sienta lo mismo, o que incluso sea homofóbico, me acobardaba.

Hasta destruirnos.   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora