•Capítulo 4•

303 44 1
                                    


— ¿Me estas diciendo que entraste a la zona de humanos, un tal Suengmin te ayudo y hasta ahora estuviste con él? — Miho asintió mientras se sentaba en el sofá frente a sus padres — Minho

— Es Seungmin, no Suengmin — Jeongin y su cachorro se rieron silenciosamente, volviendo a su pequeño juego de mimos, Jisung sobre el regazo de  su padre jugando con sus manos y recibiendo caricias en su cabello — Lamento haber roto las reglas, pero era eso o morir a manos de esos asquerosos humanos.

SungChan miró con sorpresa a su hijo, el aroma amargo, signo de molestia que desprendió sorprendió  no solo a su papá, sino a su padre e incluso a su hermano.

— Los imbéciles llegaron a casa de Minnie y estuvieron a punto de abusar de él — dejó escapar un pequeño pero intimidante gruñido, asustando inconsciente al pequeño entre ellos.

— Minho — Jeong miró a su hermano de forma dura, intentando intimidarlo sin ser consciente, según su lobo su cachorro corría peligro al sentirlo asustado.

— Lo siento — Minho acaricio los cabellos de su sobrino y se recargó por completo en el sofá.

— Creo que es mejor que descanses — KenSoo se levantó y se acercó a su nieto, cargandolo y sonriendo cuando este comenzó a jugar con su collar.

— Vamos, tu cama esta limpia, pedí que lavaran todo, todos los días — SungChan se acercó a su hijo menor, icitanlodo a levantarse de igual forma — Vomos, podrás explicarnos las cosas de mejor forma.

Antes de que comenzarán a subir las escaleras, la puerta principal fue abierta, mostrando un chico peli azul, notoriamente cansado.

— PAPI ~ —

Jisung se acercó al chico de tez morena, quien  al verlo quitó todo rastro de cansancio y la cambio a una mueca de alegría.

— Hola bebé — el chico cargo a su cachorro, rozando su nariz con la más pequeña — ¿ Cómo estás? ¿ Papá te cuido bien ?

—¿ Qué preguntas haces, Felix ? — Jeongin se acercó a su omega — por supuesto que lo cuidé bien, salimos a caminar y encontramos a Minho.

Lix miró en dirección a los demás, notando al menor tomando disimuladamente la mochila que ya había bajado antes de comer.

— Minho, vaya, creí que habías muerto y me dejarías  sin sobrinos — Minho giró los ojos y sonrió — ¿ Por qué la mochila?  ¿ Te irás?

Todos los demás miraron al pelinegro, notando la mochila que llevaba ya en la espalda. KenSoo frunció el ceño, mirando a su hijo fijamente a los ojos, SungChan en cambio adoptó una mueca preocupada se acercó rápidamente a su hijo.

— ¿Te irás ?— sus ojos comenzaban a cristalizarse, preocupando a los demás —Minho por Dios, acabas de llegar no puedes irte, ¿ Sabes lo que pasamos buscándote y ahora te vas ? Ni siquiera estuviste aquí un día completo, mierda Minho, ¡no puedes irte!

— Papá....

— Tu papá tiene razón Minho — el alfa mayor se acercó a su esposo y a su hijo menor — No puedes irte después de una semana en la que te dimos por muerto, ni siquiera has ido con el medico de la manada para que te cheque por cualquier cosa.

Minho no sabía que hacer, ver a su familia preocupada y triste por su plan de volver por donde vino, le decía que se quedara y no se fuera nunca más, pero por otro lado estaba ese chico peli marrón que apesar de no conocerlo más allá de una semana, ya le había tomado un gran cariño, además que le había prometido no tardarse más de  un par se horas

— Yo... d-debo volver con Seung–

— ¿ UN HUMANO ES MÁS IMPORTANTE QUE TU FAMILIA? 

El silencio reino en aquella sala, el grito del omega de la manada había dejado sin palabras a los presentes, SungChan no era una persona de gritos, se caracterizaba por mostrar una personalidad tranquila y relajada. Jisung,  sin saber que era lo que pasaba realmente, se escondió entre el cuello y hombro de su papá,  tranquilizandose con su dulce aroma.

— No es eso, le prometí que volvería hoy, no puedo quedarme.

Minho decidido, hizo una pequeña reverencia hacia sus padres y se dirigió hacia la puerta para salir de casa.

Tomando su forma animal, rasgando su ropa en el proceso, tomó su mochila entre sus dientes y emprendió carrera hacia el interior del bosque, buscando aquella cabaña en la que Seungmin lo esperaba.

°
°
°
°
°
°
°
°
°
°
°

Seungmin se sentía ansioso, hacia horas que Minho se había ido, prometiendole no tardar demasiado.

Ahora mismo la noche ya había caído y el chico aún no aprecía,  decidió distraerse cocinando unas galletas. Su madre le había enseñado a hornear ese postre cuando él era solo un pequeño niño, cocinaban juntos cuando alguno de los dos se sentía mal.

Sacó la bandeja del horno y la dejó sobre el mesón, abriendo un poco la ventana para que las galletas se enfriaran.

Su mirada se quedó mirando un punto fijo, su cabeza comenzó a pensar en aquel lobito que había estado viviendo con él desde ya hace días. En algún momento debía volver a su hogar, ¿no?.

Limpió su cocina y salió rumbo al sofá, acurrucadose entre las mantas que tenía ahí,  hundió su nariz en estas para poder oler mejor el peculiar aroma que Minho desprendía naturalmente.

—¿ Cómo puede oler a hierbabuena todo el tiempo?

Se quedo un rato ahí,  oliendo las mantas y sintiendo el calor que la chimenea encendida le brindaba.

Ruidos fuera de la cabaña lo hicieron activar sus cinco sentidos, mirando en dirección a la puerta.

Pasos se escucharon acercarse a la entrada, seguidos de intentos por abrir está.

— Minho...

Seungmin se levantó rápidamente del sofá, corriendo hacia la puerta y quitando la llave para poder abrirla y darle pasa al chico que esperaba.

Sorpresa fue la que su rostro mostró, aquellos hombres de la otra vez se encontraban parados frente a su puerta, sonriendo como los asquerosos que eran.

— Vaya, que sorpresa verte de nuevo lindo — el hombre de cabello un poco más largo, llegando le a los hombros. Se acercó con intenciones de entrar, siendo detenido por el menor — Vomos precioso, déjanos pasar, la noche está fría y no querrás que dos hombres mueran por tu culpa al no dejarnos entrar a tu cómoda cabaña.

— V-vayanse de aquí — Seungmin sentía que el corazón se le saldría del pecho, sus latidos estaban acelerados por el miedo que aquellos dos provocaban en él.

— No lo creo — el segundo hombre, de mirada más seria e intimidante, se hizo paso entre Kim y la puerta, entrando por completo a la cabaña, seguido de su compañero — Haremos esto rápido, tu noviecito no se ve por aquí cerca a si que...

— N-no largo de aquí — el peli marrón retrocedió en cuanto los dos contrarios comenzaron a acercarse.

Minho...

Aquellos hombres lograron acorralar lo entre el sofá y sus cuerpos. Comenzando a atacar su cuello y sujetando sus muñecas, impidiendo que el pobre chico forcejeara para que lo soltaran.

Seungmin se encontraba llorando, sentir manos ajenas tocnado su cuerpo era repugnante.

Por favor regresa pronto...

▪︎
▪︎
▪︎
▪︎
▪︎
▪︎
▪︎
▪︎
▪︎
▪︎
▪︎
▪︎
▪︎
▪︎
▪︎
▪︎
▪︎

Regrese con un capítulo donde ocurre un hecho demasiado desagradable, pero bueno.... algo es algo.

¿Les parece si hago un maratón de Lobito Feroz?

Lobito Feroz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora