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"A veces tengo ganas de escaparme contigo de este lugar y dejar botado todo, recorrer el mundo, tocar donde se nos plazca nuestras canciones, construir nuestra casa lejos de la civilización, en donde podamos expresar nuestro amor", me dijo Jongseong, mientras acariciaba los cabellos de mi nuca con cariño y me veía jugar con las teclas inventando melodías.

Reí ante aquello.

"A mi también me gustaría cariño, y lo sabes", suspiré, mostrando una sonrisa tristona, "Pero no podemos"

Enseguida vi como su mirada se apagó y su sonrisa desapareció, por lo que alejé mis dedos del piano y los llevé hacia sus mejillas, acariciándolas entre mis pulgares y acercándome tímidamente hacia sus labios para dejar un suave beso tranquilizador.

Cuando me separé, noté su frustración en su expresión, la frente arrugada, los ojos apretados y sus labios en una fina línea, Jongseong estaba frustrado y agotado, yo también lo estaba.

"Lo siento, perdón por no poder expresarte todo el amor que te mereces, por no poder darte una mejor vida"

Eso me cayó como patada en el estómago. Cada vez era más difícil encontrarnos, no había visto a Jongseong en dos semanas y él me había tenido que buscar y citar aquí, cada vez teníamos que ocultarnos más y este era nuestro único nidito de amor, y era agobiante, el constante miedo de que alguien sospechase o supiese era latente y agotador.

Negué suavemente, "Tú me haz dado y enseñado mucho más de lo que merezco, y siempre te estaré agradecido"

Aún así, Jongseong no dejó su expresión, hasta que llevó una de sus manos a su bolsillo y de allí sacó una llave, antes de extendérmela y abrir sus ojos.

Pestañeé ante la llave, sin entender el por qué me daba una pero aceptándola de igual manera.

"Es la llave de este lugar", me dijo, y yo abrí los ojos sorprendidos, "Este lugar es tanto mío como tuyo, es nuestro, es nuestro hogar", me susurró, enganchando sus dedos en la bragueta de mi pantalón y tirando hacia él, "Quiero que tú también la tengas y vengas cuando quieras, que me esperes, que toques, porque todo lo mío es tuyo también"

No pude evitar que mis ojos se cristalizaran, ¿Qué hice en mi vida pasada para recibir un amor tan puro y genuino como el de Jongseong? Sin poder evitarlo, me lancé a sus brazos con un sollozo y comencé a picotear sus labios sin descanso mientras le repetía pequeños gracias entremedio, escuchando su risa contagiosa y sintiendo sus manos envolver mi cintura.

Negué con la cabeza, obligándome a aguantarme las lágrimas mientras abría el cuaderno con un cuidado casi exagerado, la vida de Jongseong estaba allí, entre las hojas y sobre mis manos, y no sabía si estaba preparado para verla.

Pasé las primeras hojas, eran simples bosquejos de paisajes y partituras que no tenían sentido, como garabatos e ideas sin terminar a tinta, las hojas color crema sintiéndose débiles entre las yemas de mis dedos mientras las inspeccionaba con detenimiento. Fechas antiguas, desde antes de conocernos que marcaban las esquinas de las páginas. Jongseong tuvo mucha creatividad y estaba plasmada en las hojas como un tesoro, un montón de letras sin terminar, notas por escribir a medias, dibujos sin fin tanto tachados y hasta escritos como si fuese un diario de vida.

Dejé de fijarme en las fechas, simplemente viendo el contenido y evitando que mis lágrimas cayeran al cuaderno y le mancharan. Cuando de pronto se me fue el aliento al pasar una página, mi corazón latiendo desbocado al percatarme de lo que era, y las lágrimas agolpándose furiosas a punto de dejarlas caer en cascadas.

Era yo, era un dibujo mío.

Un dibujo rápido, lleno de trazos sucios pero que demostraban que era yo, porque estaba con mi camisa favorita y los tirantes, la gorra que ocupaba para ocultar mi cabello, mi recta nariz y mis ojos.

the story never ends ✧ jaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora