El lunes Jinsoul estaba feliz, entra, orgullosa a la escuela, luciendo su abultado vientre de ya, 6 meses. Olfatea, buscando el olor de Jungeun pero parece no estar cerca. Camina por los pasillos, saludando a las personas que conoce. Llega a su casillero, lo abre y saca los libros que necesitará en el día, después los mete a su mochila.
Alguien golpea la puerta de metal a su lado, haciendo que pegue un salto.
—¿Cómo hiciste que Jungeun pase tu celo contigo? —es Hyeri, de primer año, Jinsoul la conoce porque es parte del Consejo estudiantil.
—Yo no he pasado ningún celo mío con ella.
—¿Y eso? —apunta su panza con una mueca.
—Oh, ese fue su celo —recalca—. Ella me lo pidió.
—¡No mientas! —le grita.
—Ay, niña —se aleja de ella—. Lávate la boca y luego hablamos. Ten —le pone un chicle en la mano—. Si te sirve de consuelo, son comprados por Jungeun.
Jinsoul se va, riéndose cuando ve a la omega meterse la goma a la boca. Entra a su salón donde es su primera clase. En su silla usual, está Jungeun, esperando por ella.
—Hola —la alfa habla primero, parándose para dejar que la omega se acomodara.
—Hola —sonríe, tomando asiento.
—Te traje esto —de su mochila, saca una caja de chocolates con almendras.
Jung sonríe, la abre y su sonrisa cae. De los 10 chocolates que debían haber, sólo estaban 7.
—Fue Hyunjin, ella los compró y dijo que merecía un pago.
—Está bien.
El timbre suena y la rubia sale por la puerta, sin despedirse. A Jinsoul ya le parece normal eso. Le alegra que Jungeun estuviese cambiando, se notaba que se esforzaba en hacerlo.
***
Después de 3 clases seguidas, sigue su receso. Camina para la cafetería, donde supone que todas deben estar, y no se equivoca. A lo lejos, escucha a Jungeun y Yeojin pelear, como de costumbre. Siempre discuten estupideces y cosas sin importancia.
—Llegué —se sienta a un lado de la mayor, y esta rápidamente se pega a ella, oliéndole.
—¡Hooola, chicas! —Heejin canturrea, parándose a un lado de la mesa —todas contestan a su saludo, menos Jungeun porque, al parecer, está muy ocupada en otra cosa—. Les traigo esto —les pasa una tarjetita, la invitación para su fiesta—. Es éste sábado, no falten —se va, para ir a otra mesa a entregar más.
—¿Cómo pretende que vaya así? —Jinsoul bufa.
—¿Así cómo? —Yeojin pregunta, buscando algo malo.
—¡Toda embarazada!
—No creo que sea tan malo, Jin. Podemos buscar un lugar fuera de peligro y pasarlo ahí.
—¿Vas a ir, Jung?, no creo que no, es tu prima —Hyunjin punta.
—Tengo qué o mi mamá se enojará.
—¿Por qué haces todo por obligación? —Jinsoul voltea a verla.
—No es por obligación, sólo que la gente me ayuda a hacer las cosas bien.
—Ohh —las demás dicen en coro, entendiendo.
—Tenemos que ir al chequeo hoy —Kim le recuerda.
—Lo sé —comienza a desayunar.
***
—Es bueno verlas otra vez, chicas —el doctor les abre la puerta—. Te ves mejor Jinsoul, se nota que has estado comiendo. ¿Cómo vas con las vitaminas que te receté?
—Las tomo siempre.
El hombre la pesa y mide su estómago, él dice que todo está perfecto.
—Si tenemos suerte, veremos que es el bebé —informa, poniendo el gel sobre la piel de la omega.
Jungeun permanece callada, escuchando las explicaciones que el señor Choi da. Dice todos los cambios que viene éste mes y recomendaciones.
—Aquí está —oprime botones raros y sonríe—. Esa es su carita —y ninguna de las dos entiende la imagen, pero aún así, sonríen—. 28 centímetros, me parece perfecto.
Sigue hablando con palabras científicas y aburridas (para Jungeun), dice que pesa 300 gramos y que eso era bueno.
—¡Es un niño! —el hombre exclama con emoción—. Espero que les guste la idea.
Jungeun puede verla asentir, emocionada y con lágrimas bañando sus sonrosadas mejillas. La consulta termina, Jungeun paga y salen, y Jinsoul no ha dejado de sollozar, eso preocupa a la alfa.
—¿Estás bien, Jinsoul? —le toma los brazos. Ella asiente, hundiendo su rostro en el fuerte pecho de Kim, mojando su camiseta—. ¿Y por qué lloras? —le habla en voz baja, rozando su nariz en su coronilla.
—Es que... estoy muy feliz —solloza y al mismo tiempo se ríe—. ¡Vamos a tener un bebé niño!
Jungeun asiente, alzando el rostro de la omega. No lo aguanta más, la necesita y desde que la conoce, la está deseando, así que sin perder más tiempo, une sus labios. La pelinegra hace un ruido de sorpresa pero no se aleja, se mantiene aún más pegada.
Su alfa.
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VEN AQUÍ, Y ÁMAME, lipsoul
Любовные романыVAYÁ | A sus 19 años, Jinsoul debería estar apoyando a su banda favorita, yendo a centros comerciales a mirar la ropa de temporada que ha llegado, o estar juntando dinero para su graduación de preparatoria. Pero no, a sus cortos -o largos- 19 invier...