Capítulo 16

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Xie Lian sentía que los humanos eran un poco extraños últimamente.

San Lang no dejaba de cuestionarle acerca de la anatomía de las sirenas, si eso fuera hace algunos días definitivamente habría sospechado, ¿Qué cosa rara se tramaba? pero después de conocer al chico sabía que solo tenía curiosidad.

Quizás los humanos no eran tan tontos, solo sus especies en definitiva eran muy diferentes, deberían investigar juntos.

De camino hacia el barco de San Lang comenzó una ronda de preguntas y respuestas, aquello estaba siendo hasta cierto punto muy informativo para él mismo también, había demasiadas cosas que aún no sabía de los humanos después de todo.

El marino se había encargado de enseñarle algunas costumbres básicas, cosas que debería y no hacer en público, a palabras de San Lang podría hacerlo sin problemas en su casa en el agua, pero otros humanos no eran tan comprensivos como lo sería él, San Lang era el mejor.

Lo primero que hizo al llegar al barco fue desechar los pantalones y zapatos, los marinos se encargaban de mantener la superficie lo suficientemente limpia para poderse pisar descalzo, también contaba con túnicas lo suficientemente largas para cubrirlo, bastante cómodo.

Todo parecía ser un lecho de rosas en el mar, pero sobre la tierra poco a poco la situación se volvía más tensa.

La guerra fría no había terminado en casi 20 de años, ahora sumando la rebelión interna de parte del príncipe heredero, el país se hundía poco a poco.

La única esperanza parecía ser terminar con la rebelión, si la guerra estallaba en ese estado, solo podían perder miserablemente.

Hua Cheng no le gustaba interferir en asuntos políticos, gobernaba su propio territorio, tanto en el océano como en la tierra, un no tan pequeño, pueblo en las tierras del sur estaba casi en su totalidad ocupado por su tripulación, así como civiles que le eran totalmente leal, las malas lenguas solían llamarlo la ciudad fantasma.

No era un nombre muy lindo o prospero para una ciudad, pero se construyó sobre las ruinas del caído país del sur, no parecía haber nombre más perfecto que ese.

El pirata estaba comenzando sus planes para llevar a su pececito a ese lugar, con la creciente situación tensa, solo podía protegerlo en sus tierras.

Ensimismado en sus pensamientos no escuchó los pasos descalzos y ligeros del tritón. Xie Lian no quería molestar a San Lang cuando trabajaba, en su oficina estaba rodeado de papelería, sabía que era importante, porque los demás piratas no se atrevían a interrumpir, pero el aún no entendía las costumbres sociales, solo sabía que tenía muchas ganas de ver a San Lang.

Cuando Hua Cheng notó a la otra persona ya se estaba sentando en su regazo. Abriendo con sorpresa los ojos solo pudo captar un atisbo de blanco en esas largas piernas mientras se sentaba sobre él, ese pequeño pez... lo mataría algún día con tantas emociones.

-¿Qué haces?- con una sonrisa deslumbrante, el tritón lo miró con los ojos más puros y transparentes que podrían existir ¿Qué de malo estaba haciendo? el solo quería sentarse, estaría feliz si se sentará en cualquier lado que quisiese, su cara sería una buena opción también.

Bajando los papeles que ya no tenían importancia, abrazó esa cintura delgada para asegurarlo más, todo por seguridad, que no se cayera.

-Las cosas están un poco complicadas, creo que debemos regresar a tierra, a donde vivimos- dudando Hua Cheng hizo la pregunta que aún le costaba:-¿quieres venir con nosotros?-

Los ojos de Xie Lian brillaron en emoción, no quería separarse, temía que algún día San Lang lo arrojara al mar y volver a sus días de soledad, pero lo estaba invitando a su hogar, ¿sería egoísta decir que sí? no se sentía lo suficientemente digno de aceptar tal propuesta.

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⏰ Última actualización: Sep 17 ⏰

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