Se encontró un día por casualidad con Pepsi, ese fue su primer encuentro. Le vió con reflejos de Luz en su tapa, un brillo veraniego inundó su espacio, aquella máquina expendedora nunca antes había sido tan hermosa, pensó
Le observo con disimulo, sus jefes le habían lavado los aminoácidos , lo hicieron creer que su competencia no era más que un cruel, ambicioso y así mismo repugnante pedazo de lata, nada más alejado de la realidad y por primera vez sintió miedo, un escalofrío recorrió su plástico interno, jamás podría acercarse sin mostrar un profundo desprecio y eso le asustaba, no quería que tan hermoso refresco le mirara igual que como lo obligaban a mirarlo, pero sabia que era inevitable
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¿Podría empresa tan majestuosa dejar libre a esa gran lata?, ¿podría gozar de su existencia junto a su gran amor?
