Agustín pov:
Me encanta hacerte enojar, por como tu cara se vuelve cálidamente roja y cruzas tus brazos frente tu pecho para fingir que mi acción realmente te afectó, para que después de unos buenos 5 minutos te gires a mi y digas alguna pavada como si nada... me gusta pensar que lo haces porque enojarte conmigo es algo que simplemente no te nace.
Por eso, ahora que me pedís mi calculadora, no voy a ceder.
- Sos un hijo de puta Agustín, nunca me prestas nada, ni la estás usando Gil - musitó Andrés.
- Comprate tus cosas y deja de joder - le dije, pero ojalá que nunca pare.
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Hoy no salió como pensaba.
Andrés se levantó y se fue.
Su asiento estaba vacío.
Y Mi corazón comenzó a palpitar un poco más rápido.
Vi como se dirigía con gracia a la otra esquina del salón, lejos de mí. Se ubicó en medio de dos chicas, obvio, y no pude escuchar con claridad pero mis dudas desaparecieron cuando una de ellas le tendió una pequeña calculadora rosa.
Volvió, pero no me dirigió una palabra ¿que le pasaba ahora?
- bue wachin era un chiste.
- deja Agustín, ya está.
Y así de rápido como empezó la conversación, terminó.
Las horas pasaron, y mis esperanzas de que me hable se esfumaron.
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Un amor prohibido
Fanfiction¿Que pasa cuando el amor es más fuerte que el género? Aveces solo hay que escuchar al corazón, el único que nos guía a la felicidad, sin importar los obstáculos que la sociedad ponga...
