Adiós crush: ¿Cómo que papá?

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© 🐇 . ꫀ​ノ ː͡➘₊̣̇

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Hanma Shuji fue lo primero que se le vino a la mente al escuchar tal ronca y masculina voz que a más de a uno haría suspirar. Él era uno de esas personas.

El calor de sus grandes palmas y sus alargados dedos ,que podrían cubrir toda su cara si se lo propusiera , eran tan calentitas y suaves. Su imaginación comenzo a generar escenarios ficticios con el chico de tan monstruosa apreciena.

No se aguanto y toco las manos del mayor, captando mejor la suavidad de estas. Todo en un completo silencio.

Seria un lindo inició para un manga romántico -o tal vez uno no tan romántico-. Culpen a Chifuyu por influenciar tanto en él.

Una risa fue penetrada en su oido, brincrando de su sitio y sintiendo un escalofrío recorriendo todo su cuerpo. Las grandes manos tatuadas abandonaron sus ojos, recibiendo una intensa luz , cegandolo un poco.

"¡Adivanaste!". Alzó las manos, moviéndolas de un lado al otro.

Estático se dignó a observar a dicho hombre llamado Hanma Shuji durante su trayectoria al sofá del fentre suyo de aquel establecimientos : Habia dejado el gran mechon del medio para desteñirse pequeños mechoncitos rubios por todo su cabello; sus ojos dejaron el delineado que llevaba en la univercidad, dejando que ese hermoso amarillo de sus ojos destacará en su rostro; llevaba una camisa blanca de manga corta, en ella traía sus gafas con montura plateada; aun conservaba su pendiente en una oreja y más un collar del mismo color de las gafas.

Y su tierna sonrisa.

Que linda sonrisa tiene.

Seguro que sus hijos heredarían aquélla.

Me ofrezco como sacrificio para comprobarlo.

Cuando salio de su trance, el chico de cabellos marrones ya no estaba en su campo de visión. Su mirada inspeccionó sus alrededores, encontrándose con el chico sentado sobre sus rodillas desnudas en el suelo, obsevandolo con detalle, éste estaba haciendole caras raras a un takemicho ya despierto en su cochecito, el bebé tan solo reía por las acciones del mayor.

"No sabía que te gustaban los niños pequeños". Se dignó a hablar después de un largo tiempo en silencio.

No es como si el mayor le haya dicho sobre sus gustos, ni si quiera se conocían perfectamente, por lo tanto ver lo tan emocionado y encantado con su sobrino siemplemente lo sorprendió.

"La verdad es que les estoy agarrando algo de gusto a mimar a los niños. Y más a esta cosita hermosa de aquí ¡muack!". Habló sin mirar al tatuado de tigre. Apretó las mejillas regordetas del infante con dos dedos y estrelló un beso en una de ellas. El pequeño pelinegro tan solo rió por ello.

Que bonito todo.

Las ganas de sacar su móvil y tomar una foto a esa linda escena familiar-no-familiar, pero no lo hizo.

Sería muy raro eso.

"¿Acabas de llegar?". Fue lo primero que pensó en decir para que la situación no tornara a una incomoda, pero era casi imposible, no se conocían de casi nada.

Y lo malo no era eso.

Era la comodidad y seguridad en la que hablaba Hanma. Era como si fueran amigos de todo la vida.

"¡Si!, hice mi pedido y te vi". Esto hizo sonrojar a Kazutora, mientras tanto Shuji sonreía relatando lo antes dicho. "Me dije '¿por que no venir a saludar?', y aquí estoy". Recalcó con la misma sonrisa de siempre. El de lunar no dijo nada, siguiendo con aquel rojizo vivo en sus mejillas. El mayor continuaba jugando con el bebé. "¿Lo puedo cargar?". Preguntó mirando a los ojos al de dos mechas rubias.

Tío kazutora! | HiatusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora