Chapter 2: Detonante

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No hay mucho que decir, más que espero queme sigan en esto y que les aseguro que será corto, ya que tengo que domrir ¿No creen?


Disclaimer: Hetalia no me pertenece

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Serbia era un trozo de territorio codiciado por muchos países europeos, entre los que se destacaban el Imperio Otomano y el Imperio Austrohúngaro, del segundo Serbia tenía que pasar cuidándose las espaldas, o eso fue así hasta que Rusia decidió apoyarlo, y al primer ataque, la paz armada caería en picada, y las alianzas comenzarían a desplegarse, cosas que de momento a nadie le convenían, por lo que Serbia estaba relativamente a salvo. O eso pensó hasta que Bulgaria, un país que vivía cerca, lo había atacado intentando anexarlo a su territorio. Estaba saliendo de su casa cuando sintió un cuchillo muy cerca de su cuello, y sin estar realmente acostumbrado a tener aras TAN cerca de zonas vitales, se había quedado estático. Bulgaria, más experto, había aprovechado de atarlo de manos y evitar que escapara.

-Ahora serás parte de mi territorio~-canturreó, y de inmediato a Serbia se le erizaron los pelos de la nuca al sentir un aliento depredador tras él y una nariz que lo olfateaba como un perro sabueso-Sabía que te querían por algo, pero pensé que fuera porque de verdad eras valioso, todo el munod está como loco, pero en verdad tenían razones.

-S-suéltame... N-no estoy solo...-dijo, intentando quitar el cuchillo de su cuello, cosa que no logró, solo hizo que a Bulgaria se le escapara una risa

-¿Y quién vendrá a defenderte?-una sombra cubrió a ambos países balcánicos, y comenzó a sonar un "kolkolkolkol" que le puso la piel de gallina a Bulgaria

-Creo que se refiere a mí, ufú~-soltó Rusia con su tubería en alto, su sonrisa desapareció casi al instante-Suelta a mi hermano pequeño o pagarás las penas el infierno.

Bulgaria no necesitó pensarlo mucho, lanzó el cuchillo al suelo y salió corriendo de allí, un territorio nuevo jamás valdría perder la mitad del viejo. Rusia y Serbia habían ganado una batalla, y eso para Serbia valía mucho, muchísimo, significaba mantenerse con vida y mantener a un aliado, en un futuro, eso podría considerarse valioso. Rusia estaba contento porque su ideal "uno con la Madre Rusia" estaba saliéndole de lo lindo, y eso le haría excelente en un futuro, especialmente por la política paneslava que tenía con Serbia, su pequeño hermanito.

Pasó un tiempo desde eso, los movimientos nacionalistas serbios eran cada vez más dañinos para el imperio Austrohúngaro, y eso a Austria lo ponía demasiado tenso, no podía permitir rebeliones, así que mandó al archiduque Francisco Fernando a revisar el perímetro, sin embargo, en Serbia se habíane enterado de lo mismo, y la organización "La mano negra" movió influencias suficientes para que ese 28 de Junio, en 1914, un disparo acabara con la vida del próximo monarca.

-¿¡Qué!?-gritó el muchacho cuando se enteró- ¿¡Cómo que le han matado!?

-Con todo respeto-espetó el líder-Creo que usted se lo está tomando algo mal

-¿¡Algo mal!?-gritó de nuevo, y ser ríe revelando una sonrisa demasiado maligna, demasiado loca, demasiado autosuficiente para venir de un país tan pequeño- ¡Estoy orgulloso de ustedes! Son lo suficientemente valientes para hacer eso... les estoy muy agradecido, mucho.

Sin embargo, Austria no se lo tomó igual.

-Es un niñato maldito...-esas palabras no suelen salir de la boca de Austria, y a Hungría no le da buena espina cuando Austria lanza por los aires la bandeja con té-Prepara a las tropas, estamos en guerra.-Hungría saltó con eso, y se levantó a toda prisa.

-¿Cómo?-Austria se giró con una maligna mueca en su rostro.

-Ahora ese niñato quiere ser libre ¿No? Pues que aprenda a pelear por ello.-se dirigió a la ventana y gritó con una fuerza que seguro hasta Japón lo ha oído.-¡Serbia, niñato mal nacido! ¡Ahora estás en guerra con uno de los mayores imperios! ¡Si eres hombre pelea!-Austria comenzó a reírse, y Hungría vio en el suelo sus últimas esperanzas, intentando escapar de ese escenario. La guerra había empezado.

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