''Every single thing that has ever happened in your life is preparing you for a moment that is yet to come.''
Siempre tengo problemas para decidir como comenzar cada historia que escribo. Por supuesto que como escritor siempre buscas atrapar a tu audiencia y dejarlos en duda para que quieran leer mas y mas. Pero esta vez ese no es el caso, esto simplemente lo estoy escribiendo para mi mismo. Una historia sobre mi, y para preservar todas las memorias que aun están frescas en mi memoria.
Para comenzar mi nombre es Earnest Gwenael, un nombre bastante feo si me lo preguntan. Nunca me ha gustado mi nombre, y jamas he conocido a alguien con un nombre parecido. Pero tengo como justificar el pobre juicio de mis padres. Mi madre es residente del Hospital Estatal de Norwich, para aquellos que no saben lo que es, estoy hablando de un manicomio. Ella fue pronosticada con esquizofrenia cuando estaba embarazada y aquellos que dicen haberla conocido me explicaron que fue una etapa bastante difícil. Cuando nací hubo muchos problemas, según me explicaron ella era incapaz de cuidar de mi debido al rápido deterioro de su salud mental, pero si pudo darme un nombre; Earnest Gwenael, que quiere decir ''el que es serio y generoso''. Claro que no tiene nada que ver con mi personalidad, pero supongo que así son las ironías de la vida.
A mi madre solo la he visto una vez, yo tenia 13 y mis tutores Jack y Lucy decidieron llevarme a conocerla. Debo confesar que yo estaba muy emocionado, pues mis tíos siempre me hicieron saber que yo no era su hijo y que tenia una madre en algún lugar. Yo la imaginaba como en las fotos que tenia de ella, con sus hermosos ojos azules y cabellera rubia y larga. Pero no fue asi, ni siquiera estaba un poco cerca. Mas que ser aquel momento mágico que había soñado fue uno aterrador. Me habían advertido que estaba loca, a mis tíos no les importaba mucho tener tacto al hablar, pero yo jamás me la imagine así. Su cabello estaba tan corto como el de un militar y alrededor de sus rojizos ojos había círculos oscuros. Para describirla en general, ella era tan delgada que parecería que se desmayaría en cualquier instante y su vista estaba perdida en las paredes blancas.
Me permitieron hablar con ella, por supuesto que no me deje guiar por su apariencia, yo sabía a lo que me enfrentaba y los doctores pensaban que las visitas podrían hacerla sentirse mejor. Aunque dudaban que fuera a reconocerme, después de todo habían pasado 13 años y en ese entonces ella no estaba tan mal.
Cuando entre a la recámara de paredes blancas, Margaret, mi madre estaba sentada en una silla de metal y sus manos atadas. Ella solía auto lastimarse algunas veces por lo que ponerle camisas de fuerza o atarla era necesario. Di un par de pasos en dirección a ella, había gente vigilandonos por detrás de una ventana y no había mucho por lo que debiera preocuparme. -Mamá.-Dije finalmente esperando que volteara a verme, pero ella miraba a la pared y murmuraba cosas. No, en realidad conversaba con su sombra o eso me pareció observar. Guarde silencio por unos momentos, pero comencé a sentirme ansioso, comenzó a dolerme que ella fuera así.-Mamá, mamá. -Llame desesperado.-Soy yo, Earnest Gwenael, tu hijo.-Por primera vez me di cuenta de que si me importaba y anhelaba el afecto de aquella persona que me había traído al mundo. Me acerque un poco mas y me arrodille frente a ella.
Margaret no volteo a mirarme, ni siquiera para verme de reojo. Solo guardo silencio mirando a la nada dejando que el silencio creciera a nuestro alrededor. Sabía que estaba "desequilibrada" como mi tío Jack decía, pero me lastimaba su indiferencia. Después de todo yo era muy joven y jamás la había visto. Me levante dandome por vencido con ella, pero note algo distinto en aquel rostro enfermo. Lagrimas rodaban por sus mejillas.-....Earnest? Has dicho Earnest?-Le preguntó a su sombra con una sonrisa débil.-mi pequeño y dulce Gwenael.-Cerro sus ojos y comenzó a sollozar con dolor. Y en mis ojos, ella fue hermosa una vez mas.
Jamás podre olvidar ese momento, por que fue tan puro y tan perfecto aunque ella no me hubiera visto a la cara. Significaba todo lo que yo quería, su amor. Pero después de eso aquella luz se extinguió frente a mis ojos. Margaret comenzó a tener un ataque de pánico. Sus músculos se contraían y se retorcía intentando soltarse.-Earnest!- Grito eufórica arrugando su rostro en una mueca de furia. Ella gemia y gritaba grotescamente, y yo solo la observe con temor, incapaz de poder ayudarla.-No! No! ¡¿A donde lo llevan?!-Un par de hombres entraron al cuarto de inmediato y uno de ellos inserto una jeringa en el cuello de mi madre para calmarla. Pero ella seguía murmurando, ella volteo a verme. "Devuélvemelo, es m-mio. Te odio, te odio, Earnest Gwenael..." y cayo sedada entre otros murmullos que no pude comprender.
Después de eso no volví a visitarla nunca mas, decían que cada vez se alteraba mas fácilmente. Sobre todo ante el nombre de Earnest Gwenael. Yo solo odie mi nombre mas y más, y acepte ese trago amargo fuera como fuera. Trate de pretender que aquello no había sucedido y que ella no existía por mas doloroso que fuera para mi.
En cuanto a mi padre, yo jamás escuche nada de el, o al menos no en mi cara. Nadie lo mencionaba, nadie me mostraba fotos o me decía que fue de el. Solo una vez escuche a escondidas al tío Jack hablar de el, y eso fue suficiente para que yo lo odiara. Dijo que cuando Margaret comenzó a perder la cabeza el la abandonó, embarazada e incapaz de cuidar de si misma. Desde entonces no quise escuchar mas de el, no me importaba, el no era mi padre.
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You Call It Madness, but I Call It Love.
DragosteDespertó cada mañana con el deseo de hacer el bien, de ser una persona buena y significativa. Ser como todos los demás, alcanzar lo inalcanzable y ser feliz. Pero en el transcurso de cada día su corazón descendería de su pecho hecho pedazos. Por la...