"Don't cry over someone who wouldn't cry over you."
― Lauren Conrand
Jack y Lucy eran mis tutores. Normalmente los llamaba tíos, pues Lucy era la hermanastra de mi madre y Jack era su esposo. Yo forme parte de su familia desde que era un bebé, pero ellos ya tenían un hijo de dos años en ese entonces, su nombre era Esteban.
Sería un ingrato si dijera que ellos no cuidaron bien de mi. Me dieron un techo y jamás me falto alimento o educación. Incluso tenía mi propio cuarto en el segundo piso y me inscribieron en una escuela de alto prestigio. Pero por alguna razón siento que solo tuve lo necesario para vivir, pero jamás lo necesario para ser feliz. Crecí sintiendo envidia de Esteban. Siempre lo quisieron mas que a mi. El tuvo fiestas de cumpleaños, alguien con quien dormir cuando tenía pesadillas, alguien que le enseñará a andar en bicicleta, alguien que le hiciera regalos de navidad y lo abrazara cuando estaba enfermo. Mientras que yo estuve básicamente solo. Tuve muy claro que yo no pertenecía a esa familia en realidad y que a mi tío Jack no le agradaba mucho mi presencia. Cuando discutia con Lucy sobre mi estancia me llamaba "el hijo de la loca" o "el estorbo". Por mi parte yo crecí haciendo lo posible para ser de utilidad en ese lugar al que no pertenecía; yo limpiaba, ayudaba en la cocina, le daba mantenimiento a los autos y era prácticamente el sirviente de los demás. Incluso Esteban me hacia lavar sus uniformes de soccer y a hacer sus tareas de la escuela. Pero yo nunca proteste, aprendí que ese era mi lugar desde que era solo un niño y no me molestaba ser útil en algo para los demás.
En mis clases de historia he aprendido que a veces se le da nombres a los eventos impactantes que pasan por los años. Y yo hice lo mismo para titular uno de los eventos mas devastadores de mi vida. Le puse " El Amanecer muerto " a ese 13 de Septiembre. Había tenido una tarde como muchas otras, y el tío Jack había sido promovido en su trabajo. El y la tía Lucy se fueron a un bar a festejarlo y Esteban a un torneo de soccer en la escuela. En ese entonces yo tenía 14 años y me encontraba en mi habitación haciendo mi tarea. Yo no era atlético o popular, de hecho podrían considerarme un antisocial pues tenía esa fuerte tendencia de apartarme de los demás.
Mientras estudiaba pude escuchar voces y risas en el piso de abajo. Casi de inmediato entendí que se trataba de mi primo y algunos jugadores del equipo. Aparentemente habían ganado un partido y se habían puesto a tomar aunque estuviera prohibido. Ninguno de ellos me agradaba, por eso trate de quedarme en mi recámara y pretender que no estaba ahí. Pero después de unas horas, Esteban me llamó gritando desde la sala y yo no tuve de otra mas que ir a ver que era lo que quería.
Cuando baje por las escaleras sus amigos se me quedaron viendo y no les importó hablar sobre mi en mis narices.
-No sabía que tenías una hermana.-dijo uno de ellos burlandose de mi apariencia.-Es muy bonita. -Le dio un trago a su cerveza y miró a mi primo.
-El no es mi hermano! No es nada mío. -Contestó Esteban negandome como si lo hubieran insultando y sonrió mirando a sus amigos. -En realidad es solo como la sirvienta de la casa. -Ellos rieron y Esteban señaló una botella de cerveza rota sobre la alfombra mientras me miraba con autoridad.-Limpia eso, rápido. -
Yo me mordí el labio y me trague mi poco orgullo caminando a la cocina para traer una escoba y unas toallas. Cuando volví ellos seguían tomando y yo solo levante el cristal roto del suelo y me arrodille para limpiar el alcohol de la alfombra. Podía escucharlos hablar de mi, podía escucharlos burlarse, pero intente ignorarlos. Eso era lo único que podía hacer.
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You Call It Madness, but I Call It Love.
RomanceDespertó cada mañana con el deseo de hacer el bien, de ser una persona buena y significativa. Ser como todos los demás, alcanzar lo inalcanzable y ser feliz. Pero en el transcurso de cada día su corazón descendería de su pecho hecho pedazos. Por la...