"¿Que sucede cuando algunos alumnos y un profesor atraviesan un portal por error? No solo eso, si no también; estar en uno de los animes mas famosos en su realidad."
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- ¿Dondes estoy?
- Mejor dicho ¿donde estamos?
- ¿Tod...
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Iba caminando por las calles de Konoha, miraba a los lados buscando un regalo para Sasuke.
Apesar de todo, era nuestro compañero de equipo y se merecía aunque sea una pequeña bienvenida de su pequeño viaje de redención.
Estaba buscando un puesto de verduras, Sabia que le gustaban los tomates, mas que todo porque Itachi-san lo menciono una vez. Ahora me pregunto;
¿Los tomates son frutas o verduras? ¿O a que rama de los vegetales pertenece?
Sacudí mi cabeza y me concentre en buscar lo que tenia de prioridad.
Me dirigí al puesto en el que habitualmente compro los vegetales, lo atendía una señora de mayor edad, la cual era muy amable y a veces me ofrecía descuentos y cosas gratis, no quería aprovecharme de su amabilidad ¿Pero quien soy yo para negarme a comida gratis?
- Buenas tardes, señora Amane- incline mi cabeza un poco en forma de respeto.
- Oh, Ryu, querida, ¿como estas?- me sonríe- ¿Que te trae por aquí?
- Bueno, vengo en busca de tomates, hoy llega un compañero de equipo que no veo hace meses y me gustaría prepararle algo como bienvenida... -Digo suavemente. Le doy una pequeña sonrisa a la amable señora.
- ¿"Compañero de equipo"? ¿No será un noviecito tuyo~? - En sus ojos viejos pero que mantenían su color verde oscuro se podia ver una mezcla de diversión y picardía.
Doy una suave risa que casi se podía confundir con un bufido, cruzo mis brazos sobre mi pecho y meneo mi cabeza suavemente en negación.
- Usted sabe que es casi imposible eso, después de todo, no soy tan linda como para llamar la atención de alguien - Respondo, mi postura era calmada al igual que mi voz.
- ¡Deja de despreciaste, muchachita! No le hagas caso a los comentarios de esos viejos de tu clan, ya sabes cómo son los hombres y más los de mayor edad.
Me rei un poco, dejando ver mis diente y colmillos, los cuales según la señora Amane me hacían ver "sexy" y "misteriosa", nunca le creí eso.
- ¡Ves! Tienes una hermosa sonrisa, ¡Estoy segura que con solo hablar con alguien esa persona se derretirá y estará a tus pies! - Hablaba con tanto entusiasmo que por un momento lo creí, su postura era como si hubiera hecho un descubrimiento que ayudaría a la humanidad.
Con su dedo me señala mientras mostraba una sonrisa victoriosa, su otro brazo se mantenía en el aire con su puño cerrado direccionado al cielo.
- Usted tiene muchas fe y espectativa en mi, señora Amane...
- ¡Claro que las tengo! Eres como una hija para mí -de repente la vi quedarse quieta y dar una sonrisa algo maliciosa- Oye, Ryu-chan ¿No te gustaría salir con mi nieto?
La pregunta me tomo por sorpresa, era una propuesta inesperada, incline mi cabeza hacia un lado mientras las veía fijamente, como si tratara de entender una obra abstracta.
