Rodrigo sintió su celular vibrar sobre la mesa, asi que lo tomó y lo desbloqueó para ver que era. Era un mensaje de Iván. Se apuró para abrir el chat y leer el mensaje, él estaba en casa. En esos tres días Iván le hizo tanta falta. No fue porque cocinaba delicioso. Tampoco porque lo ayudaba a limpiar la casa todos los miércoles. Le hizo falta él. El Iván que se quedaba despierto hasta las dos o tres de la mańñana sólo para hacerle compañía. El Iván que siempre trataba de sacarle una sonrisa cuando se sentía triste. El Iván que amaba, pero fue un tonto para no darse cuenta que lo hacía.
En esos tres días, que aunque suene poco, se dio cuenta de que era tan cotidiano estar al lado de Iván que nunca pensó en que sentía por él en realidad. Le gustaba Iván.
Se levantó de su silla sin hacer mucho ruido y comenzó a guardar sus cosas, para luego irse de allí. Prácticamente corrió por las veredas, tratando de no chocar con nadie. Cuando llegó al departamento, todo sudado y con la respiración errática, se detuvo en el hall de entrada del edificio, apoyando sus manos en sus rodillas para recuperar el aire.
Ya más tranquilo se acercó al ascensor y tocó el botón de su piso. La caja metálica lo condujo a su piso al instante, dejándolo bajar cuando las puertas estuvieron abiertas otra vez. Se acercó a la puerta y se quedó mirando al número de esta por un rato, estaba por declararse.
Tragó en seco y metió la llave en el cerrojo, abriendo la puerta para entrar. Cerró y se dio vuelta, encontrándose con la vista más hermosa que vio en su vida.
Iván, sentado en el sofá mirándolo, con unos pantalones raros de pijama y su hoodie negro favorito. Su cabello desordenado le quedaba hermoso, y sus preciosas mejillas con un tono rojizo. Una sonrisa se formó en los labios de Rodrigo.
Iván se levantó del sofá y fue directo a abrazarlo, perdiéndose en el calor de sus brazos y en su delicioso olor natural. Rodrigo lo sostuvo con firmeza, con miedo a que se separe y no vuelva nunca más.
—Dijiste que querías hablar, ¿Qué es? —dijo Iván, su voz era amortiguada por el hoodie que Rodrigo traía puesto.
—Tú también querías decirme algo, empieza tú. —dijo Rodrigo, su voz era suave y cálida.
—Rodrigo, ¿puedo pedirte prestado un besito? Te prometo que te lo devolveré. —dijo Iván riendo mientras lo miraba a los ojos.
Lo siguiente que sintió Rodrigo fueron los afelpados labios de Iván. Cerró sus ojos y se dejó llevar por aquellas sensaciones que atacaban a su corazón enamorado. Iván sintió la lengua de Rodrigo pasarse por su labio inferior, así que le dio permiso para adentrarse en su cavidad bucal. Se exploraron mutuamente con cariño, nada de segundas intenciones. Se sentían bien. Se sentían cálidos.
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𝗯𝗼𝗿𝗿𝗼𝘄 𝗮 𝗸𝗶𝘀𝘀 › 𝗋𝗈𝖽𝗋𝗂𝗏𝖺𝗇 (✓)
Short Story𝗕𝗢𝗥𝗥𝗢𝗪 𝗔 𝗞𝗜𝗦𝗦 ──Iván amaba a su roomate, era más que un simple crush o amor platónico. Verlo hacer lo que le gusta le alegraba el día. Verlo sonreír provocaba cosquillitas en su estómago. Cada vez que decía su nombre sus mejillas toma...