Epílogo

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~Octubre/03/2053  Base G.U.N. 9:00 p.m~

Habían pasado 5 años desde que un androide alienígena había intentado destruir la Tierra, pero sus planes fueron frustrado por un grupo de valientes héroes que habían dado hasta sus últimas fuerzas para salvarla.
Ahora después de 5 años el científico involucrado en dicha misión, estaba por recibir un premio, por s nou más grande invento; una capa protectora que protegería todo el planeta de futuros ataques.

—¡Wow, Tails debes estar muy orgulloso por ti invento!.— su vieja amiga Amy, estaba ahí para apoyarlo y felicitarlo.—

Gracias Amy y amm... Veo que pronto te aliviarás.— señalaba su gran vientre de embarazo.—

Sí, no creí que tendría un segundo hijo después de lo de Sonic, pero veme aquí.— sobaba su enorme panza de 8 meses de embarazo.—No sabes cuánto deseo aliviarme ya — ambos amigos rieron felices, después guardaron silencio un poco tristes.— Sabes algo de él.— lo miró con un poco de brillo esperanzador, pero él solo negó con la cabeza.— Oh bueno... ¿Y cómo te va con Knuckles?—

—Pues nos va bastante bien, ya estamos pensando en adoptar.—

—¡Enserio eso es genial Tails, me alegro mucho por ustedes!— le dió un abrazo fuerte.—

Si, bueno aún lo estamos pensando.—

—Aun así es un gran paso, están más que comprometidos ahora están en sincronía mutua. Ya verás que adoptar un niño será una buena elección en sus vidas y cuando miren atrás no podrás recordar cómo era tu vida sin un hijo.— había puesto una mano en su hombro.—

Gracias Amy.— ambos amigos se abrazaron y al mismo tiempo se despidieron, pues el zorro tenia que presentarse en el escenario por su premiación.—

~Octubre/07/2053 ARK 1:44 a.m.~

Sonic se había quedado a vivir en el ARK, con Shadow, al principio le había costado adaptarse, al principio le había costado dejar de ver a su amigo y a su amada, al principio le había costado aceptar que ya no volvería a ver la Tierra; al menos no de cerca, al principio le costó mucho el aceptar su nueva vida.

   Ahora Sonic estaba en la ventana mirando su planeta, era tan hermoso y majestuoso, extrañaba el aire, la brisa fresca de verano, las noches, ¡Dios!, jamás pensó que llegaría a extrañar algo tan siempre como el olor a hierva recién cortado o las personas...

—Te he estado buscando, ¿Qué haces?— llegó por su espalda y lo abrazó por la cintura.—

Observo la Tierra.— ni siquiera se molestó en mirarlo, ya no sentía odio hacia él, tampoco podía decir que lo amaba, quizás solo se había acostumbrado a su presencia.—

—Vamos, ya está la comida, Eggman hizo tus favoritos.— le dió un beso en la mejilla y se lo llevó tomado de la mano a lo que ahora era el comedor.—

Eggman se había convertido en el sirviente zombie de Shadow, se dedicaba a atender todas las necesidades y mandados que el azabache le pedía, el cerúleo no tenía problemas con esto, ya que de todas formas Eggman hubiera acabado en una cárcel pagando por sus crímenes y esto era algo parecido a eso.

—¿Están buenos tus chilis?—

Si, gracias por decirle a Eggman que me los preparara.— mordía sin mucho ánimo su comida.—

Esperaba levantarte un poco el ánimo con esto.— le sonrió mientras seguí comiendo.—

Pues no lo hace.— el azabache frunció el rostro.— ¿Por qué no me dejas ir a ver a mi amigo?— preguntó molesto y fastidiado de estar encerrado.—

Simphony of DestructionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora