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—¿Por qué bebes café como si tuvieras diez divorcios? —cuestionó el mayor mirando como la chica bebía café sentada sobre un sofá frente la ventana.
—Me estoy cuestionando mi vida, Rubén.—Contestó neutral.— ¿Qué haces despierto a las diez de la mañana?
Este sonrió dirigiéndose a ella.—Iba a seguir durmiendo pero no te vi y pensé que me habías dejado después de una noche Loca y me sentía mal.
Fue el turno de sonreír de la chica.—No tuvimos una noche Loca y dos solo me levante, no me fui. Aquí estoy.
—No sabes lo que me alegro eso.—el más alto puso su cabeza sobre el hombro de la catalana. No pronunciaron alguna palabra más solo estaban ahí en compañía del otro y sobretodo Rubén se permitió relajarse aún más.—Te puedo decir algo.— se escuchó la voz de él y ella solo asintió.— Soñe algo muy bonito anoche.
—Me llevare el crédito por eso.— murmuró divertida.—¿Qué soñaste?
—Nunca pensé que quisiera casarme la verdad.—comenzó diciendo.— Pero ahora me gusta la idea.
—Yo lo único claro que tuve en mi vida es que si quería casarme, aunque literalmente sea un contrato.—mencionó.— Me mola la idea, es como que me apetece tener una persona que sea mi esposo.— sintió su mirada en su perfil.— Pero de ti nunca lo imagine, pensé que esa idea nunca te llamaría la atención.
—Me parece bonito.— habló sin dudar.— Pero lo hacía bonito porque era contigo.
Rosalía se sorprendió, aunque en el fondo sabía que iba a decir que era con ella.
¿se emocionó? Claro que lo hizo.
—Cuando tengas los cojones de proponermelo, te diré que si, virgen.—sonrió había a e con dulzura.—Mi esposo virgen, mi querido esposo virgen. Lo lindo de todo es que será mi esposo, solo mi esposo.
Por el tono y la manera en que lo dijo, se sintió sumamente seducido por la pelinegra, la menor en que sus labios saltaban la palabra esposo lo estaba convenciendo en niveles gigantes de arrodillarse en ese instante.
—Vuelve a decir que soy tu esposo con esa voz mañanera — Pidió con una sonrisa traviesa,
—¿Te pone que te diga "esposo"? —soltó burlona.— qué virgen eres.
—Te encantó así.— vio como se levantaba con su taza con una sonrisa ladina en sus labios sin responder nada.
El silencio da la razón y eso apareció en la mente del noruego haciéndolo celebrar y que Rosalía riera por sus celebraciones desde la cocina.
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—No aprovechas bien lo que tienes aquí.
—Es la zona que menos uso de mi casa, rosi.
Conversaban sobre el césped del jardín de la casa, estaban hombro con hombro recostados en una frazada que trajeron de dentro.
—Es lindo, con esto me puedo proponer invadirte la casa más seguido.—cerró sus ojos disfrutando de la luz que le llegaba a pegar desde la sombra del sol.
—He pensando en mudarme a otra casa, más grande.— comentó girandose a verla, comenzó a adorarla en ese momento.
Su pecho subía y bajaba con tranquilidad y sus mejillas estaban algo rojas por el calor y el sol, pero podía ver su media sonrisa marcando esos hoyuelos que se formaban.
A ella no le encantaba el sol pero en ese momento lo estaba disfrutando, le encantaba el frío pero aveces necesitaba ese calor ardiente pegando a su piel dándole una extraña sensación de relajación y paz.
—Si me sigues mirando pensaré que me quieres besar o matar, cualquiera de las dos.
—Solo disfruto de tu compañía ya que otros no pueden.— sin dejar de mirarla hizo referencia a lo que le había contado la chica.
Que había mantenido contacto con spreen todos esos días.
—Fue cruel, diré que su youtuber favorito se está burlado de él.—bromeó haciendolo reír.
—Yo solo lo hago por él, hombre apoya a hombre.
—Esa fue la cosa más ridícula que te he escuchado decir.
Rubén rió para que de nuevo se sumergieran en un silencio agradable en dónde el no dejaba de mirarla.
—Solo quiero imaginarme la cara de Raúl cuando se entere que estoy aquí.— la de ojosmarrones rió.
—Creo que él y biyin conspiran en que terminaremos juntos.
—No me sorprende, son dos viejas chismosas.
Y así siguieron conversando, él sin dejar de mirarla y ella sin dejar de disfrutar de estar juntos. Desde los sentimientos indirectamente confesados hasta ese momento, las cosas habían cambiado radicalmente entre ambos.
Desde las bromas de ella fastidiandolo a él hasta ahora que estaban compartiendo ese momento y que hace dos horas estaban pensando en casarse.
No puedo dejar de mirarte, no puedo dejar de mirar tu dulce corazón abriéndose poco a poco a mi.
Y ahora podías ver y notar desde lejos la felicidad de ambos.
Ella riendo por la besos que recibía en toda su cara y este disfrutando de dárselos.
Pero guardaría esos besos en sus labios para otra ocasión que la recordarían ambos.
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hola ayer fue día libre aquí esta el cap lqm tengo arto sueño pero tengo que ver al Lic q esta en directo
