Capítulo 12: Una Historia por Contar

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No he vuelto a ver a Daniela no desde ese día, por momento pensé que regresaría ya fuera por sus cosas o para hablar conmigo. Pero temía, temía por mi seguridad y la de Leah.

Ella jamás regreso, jamás llamo y creo que me decepciono. Aún busco despertar de la pesadilla. Hay mañanas en la que despierto y bajo las escaleras esperando verla haciendo el desayuno, que todo fuera un mal sueño, pero no es así. Ella ya no esta se ha ido.

- Hey pelinegra ¿y Calle? - hice una triste sonrisa, antes era siempre me preguntaba por Mario, después mi sexy empleada y ahora solo Calle-

- No lo sé y lo sabes- Leah al escuchar el nombre Calle se había levantado buscando a la castaña-

- Debiste escucharla- me reclamo la rubia-

- No, debía pensar en Leah en mí en.…- abrace protectoramente mi vientre- en fin, no podía estar al lado de una asesina-

- ¿Y si Jaramillo y Sebastián te mintieron? - cuestiono

- Calle dijo que era verdad- simplemente explique

- ¡Mami! - dijo la pequeña- ma.…mi- comenzó a lloriquear-

- Ves lo que haces Paula- le reclame tomando a Leah en brazo para calmar su llanto. Leah la extrañaba y no entendí que sucedía. Para ella su mami un día se fue y no volvió a saber de ella.

- Lo siento no quería- me contesto bastante apenada-

- Tiene fiebre de nuevo- mire a Pau- me iré a casa estará mejor allá-

- Claro avísame si pasa algo- podía ver en los ojos de mi amiga la misma preocupación que yo.

Me subí a mi Bob para ir directo a casa Leah seguí lloriqueando. Son 3 meses desde el día que Calle se fue y todo era más difícil sin ella. Hace un par de días fui a mi obstetra y claro pregunto por Calle, termine mintiendo sobre ella. Cuando el Dr. Me dio la gran noticia solo quería salir corriendo donde mi castaña y decirle la gran noticia, pero al llegar a casa recordé ya no estaba a mi lado.

Llegué a casa llena de muchos recuerdos le di un baño a Leah y la puse a dormir. La fiebre le había bajado un poco con los medicamentos y el baño. Entro a mi cuarto y todo se llena de muchos recuerdos. Las ropas de Calle sigue allí su mochila, sus zapatos, todo de ella. Me preguntaba con que andaba si dejo todo acá, ¿no tendría nada? ¿Estaría sin dinero? ¿Sufriría? ¿Pero un asesino debe sufrir o no?

- Es hora de seguir-

Busqué una caja y comencé a tirar en ella todas sus cosas en ella. De la mochila callo su celular. Sé que tenía uno, pero jamás lo había visto, era un maldito IPhone última generación. Busque más cosas en su mochila y saque su billetera, allí estaba su licencia de conducir, también encontré 4 clases diferente de tarjetas de crédito. Ok de acuerdo ahora sé dónde sacaba tanto dinero.

Terminé de echar sus pertenencias en la caja y la cerré con cinta adhesiva. Subí hasta mi ático y cuando iba dejar la caja en una esquina algo llamo mi atención. Una pila de las revistas de mi madre estaba en el suelo esparcidas. ¿Por qué está así? Lo recordé me escondí aquí cuando aquellos hombres entraron... cuando Calle me salvo. Un dolor creación en mi pecho, esa opresión cada día es más fuerte y me mata lentamente. Me incline para recogerlas y una llamo mi atención.

Lleve mi mano a mi boca cubriéndola. En la cubierta de la revista había un rostro familiar. Calle estaba parada allí, muy bien vestida. Su mano derecha caía sobre el hombro de una despampánante rubia que estaba sentada en una silla con un pequeño rubio con ojos avellanas en sus piernas. Los tres sonreían felices. ¡Dios! Esa era Calle con su familia, por eso siempre la imaginaba vestida así.

CUANDO MÁS TE NECESITE (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora