Capítulo 4.

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Desde ésa noche todo cambió entre nosotros y cómo es obvio, no le dijimos a nadie lo que nos pasaba. Aunque creo que sospecharon igual ya que nuestras discusiones menguaron un poco desde aquel día. Nos mirábamos de reojo, nos sonreíamos disimuladamente y siempre que no hubiera nadie nos besábamos.

Parecíamos adolescentes ocultándonos en los pasillos del colegio. Era una sensación increíble.

Y casi todas las noches llegaba a mí departamento, disfrutábamos de una buena cena y nos entregábamos a esto que nos pasaba. Éramos insaciables cuando de sexo se trataba.

Todavía no había podido darle el nombre que le correspondía a esta relación que teníamos.

Creo que hablar de amor es demasiado pronto ¿o no? El sólo hecho de pensar en esa palabra me revolvía el estómago de los nervios.

Creo que ambos evitábamos dar ese siguiente paso entre nosotros, estábamos bien como estábamos ahora o eso creía yo, ya que pasadas algunas semanas ya no pudimos ocultar y negar nada ante nadie.

Nos habían descubierto.

– ¡No es cierto! –expresó Taylor asombrado al ver nuestra demostración un tanto exhibicionista.

Me bajé rápidamente de la mesada y acomodé mi vestimenta y mi labial que seguro se corrió. Las facciones de Brad demostraba que estaba un poco molesto, con mi pulgar limpié el resto de labial que quedó en su boca. Su camisa estaba desabrochada en los primeros botones y muy arrugada. Todavía le daba la espalda a sus compañeros y yo cubría mi rostro en él.

Sí, era una situación vergonzosa.

– ¿No que se llevaban mal? –pude notar la diversión en la voz de Taylor. Idiota– Es que me tomaron por sorpresa ambos...

– ¡Cierra la boca, ¿quieres?! –espetó Brad.

– Muchachos, no tengo toda la tarde... –¡carajo! Esa es la voz de Sean– ¿Qué sucede aquí?

Brad me miró con sus ojos verdes muy profundos y se dio la vuelta para confrontar la situación. Acomodó sus cabellos con sus dedos y me extendió su mano. La tomé demasiado nerviosa y apreté mis labios.

Sí, ambos debíamos enfrentar esto en algun momento y este parecía ser el momento.

Respiré hondo y me llené de seguridad que él me brindó al mirarme.

– ¿Qué significa esto? –pregunto Sean.

– ¿No es obvio? –dijo Taylor con una mirada pícara.

Estoy segura que Brad lo fulminó con la mirada porque ya no dijo más nada.

– Los dos estamos saliendo, eso es lo que sucede. –habló Brad con naturalidad.

– ¿Saliendo? ¿Tú y Milena? –preguntó Sean sin querer sonar incrédulo ante la situación– ¿Son novios, acaso?

Me puse nerviosa ante la pregunta. Jamás le hemos puesto titulo.

– Sí, así es, somos novios. –sentenció de una vez.

Esboce una pequeña sonrisa ante sus palabras. Yo que sentía cierto temor hablar con él sobre ponerle titulo y él lo vocifera frente a sus compañeros y su mánager.

– ¡¿Qué?! –preguntaron Taylor y Greg al unísono.

A ellos no les pareció muy conveniente que uno de los integrantes estuviera en alguna relación amorosa. Aunque más les costó creer fue que Brad pudiera estar en una relación de ese tipo ya que lo consideraban un tipo rudo de esos que no se enamorarían jamás.

Polos opuestos | Historia Corta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora