Prólogo

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En los más de tres mil años que Hyukjae había sido una escolta de la muerte, nunca tuvo un caso como el de Lee Seungyeon.

—Dejame despedirme de él —le había rogado—,soy todo lo que tiene.

Hyukjae había visto entonces al hijo de Lee, sacudiendo el cuerpo de su padre, rogándole que despierte sin saber que ya era muy tarde; por mas que el ángel de la muerte le explicara al hombre que ya debían irse y no podía hacer más, este le pidió una última cosa.

—Mi hijo, Donghae, es solo un niño, no tiene a nadie más...¿Podrías...ver por él, por favor?

Hyukjae quería negarse, de verás que si, prometer tal cosa era equivalente a que un medico prometiera salvar a alguien en el mundo humano; imposible, poco ético e incluso cruel, pero una vez que Hyukjae posó su mirada en el hijo del hombre, un chico de catorce años humanos llorando desconsoladamente sobre el cuerpo de su padre como si fuera a desmayarse en cualquier momento, su muerto corazón dió un cálido latido, un sentimiento que no recordaba haber sentido jamás ni siquiera en vida y pronunció las palabras de las que se arrepintiría después.
—Lo prometo.

Escolta | EunHaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora